A Buda pongo por testigo de lo bien que lo pasamos el pasado viernes. Porque Buda estaba allí para dar ambiente y tapar los amplificadores, pero en un segundo lugar porque esa noche el Dios del Rock se hizo hombre y se encarnó en el cuerpo de Fortu, que extendió su palabra entre sus atentos discípulos.
Todo un lujo tener tan cerca a Fortu y Paco Laguna, en formato dúo de sinvergüenzas, acompañados del actual batería de Obús marcando el ritmo. Los ciento veinte elegidos que pudimos asistir a su concierto disfrutamos de lo lindo en un evento que fue de menos a más. Empezaron sentados y con versiones y acabaron de pie cantando los himnos de Obús.
Siempre de muy buen humor, con sus divertidas batallitas entre canción y canción y muy cercanos al público, al que hicieron partícipe en todo momento del espectáculo e invitaron en dos ocasiones a compartir sus cantos sobre el escenario.
Podréis leer la crónica conpleta con un montón de detalles en el próximo número de Perdidos por el Mástil que saldrá a ser posible el mes que viene. Sed pacientes y mientras tanto disfrutad de las fotos y del video del Señor DGM.
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