Han tenido que pasar dos años para descubrir el verdadero secreto de Saturnia. Al fin puedo comprender cuál fue el motivo que nos impulsó a recorrer varios cientos de kilómetros a través de la Toscana para llegar a tan misterioso lugar. No estaba incluida en nuestra ruta, no tenía cabida en nuestros planes, pero tras visitar Volterra "algo" nos empujó a hacer un viaje relámpago para conocer las lejanas Termas de Saturnia.
Y fue precisamente a un rayo al que se asocía su origen. Cuenta la mitología, que el dios Saturno, del que toman su nombre, creció harto de las disputas y guerras que continuamente enfrentaban a los mortales pobladores de la Tierra. Así, y con la finalidad de apaciguarlos, lanzó un rayo que al chocar contra el suelo creó un manantial de aguas sulfurosas que traerían la paz a la humanidad.
Nada más llegar al lugar, el nauseabundo olor reinante me hizo dudar de la leyenda. Cómo un agua tan pestilente podría ser portadora de paz, lo único que ayudaba era su agradable temperatura de 37º. Sí me gustó en cambio, el ambiente natural que envuelve a la cascada de agua que fluye incansable entre frondosa vegetación. Es un lugar hecho para todo el mundo, con su balneario de lujo para los más exigentes o su cámping más económico para los menos opulentos. También se puede ir en plan dominguero, como fue nuestro caso, para darse un buen baño y marchar para casa oliendo a cerilla.
El agua cae en forma de cascada por una pequeña colina, formando pequeñas pozas de poca profundidad. donde es agradable tumbarse y dejar que el agua acaricie la piel con sus beneficiosos efectos dermatológicos. Un lecho de pequeñas piedras redondas y verde azuladas cubre las diferentes piscinas, añadiendo un efecto masajeante a la planta de los pies. Me traje unas cuantas de recuerdo que ahora adornan un precioso jarrón.
Como decía antes, he tardado un largo tiempo en conocer el verdadero efecto de las aguas de Saturnia. Ni pacifican ni hacen milagros en la piel, sino algo mucho mejor. Al principio fue sólo una conjetura pero poco a poco la teoría adquirió verosimilitud y a día de hoy estoy convencido de su existencia. Estaré encantado de compartir el secreto con todo aquel que sienta curiosidad. Sólo teneis que preguntar.