Blog personal de Mr. Gibson donde expresa con total independencia sus opiniones sobre últimas lecturas, grupos musicales, cervezas del mundo, noticias de actualidad, deportes, guitarreo y todo en lo que crea conveniente mostrar su opinión.
Quizás muchos habeis pensado que el Guitar Power era un invento o una simple excusa para irse de concierto. Pues para los pocos incrédulos que puedan quedar, aquí está la prueba de su existencia.
Una tarde de un sábado cualquiera, Mr. Gibson y el Señor DGM se armaron de guitarra, bajo y reverb, y en lugar de irse a tomar cervezas por ahí, se las tomaron en casa y aprovecharon para ensayar unos temitas. ¿Y qué podía salir después de escuchar a Los Coronas? Pues dos clasicazos de la música surf: el Surf Rider y el Pipeline nada más y nada menos.
Abran bien sus ojos y sus oídos y disfruten de la primera Muñón Session de la temporada. Esperemos que no sea la última (igual hasta nos contratan en algún garito).
Más de trece años llevo siguiendo a esta banda, primero a través de sus discos y después en cada concierto que he tenido la suerte de disfrutar. Viendo la evolución de Los Coronas tanto en sonido como en componentes, desde sus principios playeros y surferos por excelencia, hasta la incorporación de vientos trompeteros que nos acercan cada vez más al desierto mexicano, sólo puedo decir que cada vez son mejores y lo mejor está aún por llegar.
Y no sólo musicalmente son extraordinarios ya que como personas no se les puede poner ni un pero. Siempre accesibles, amables y divertidos tras los conciertos, da gusto conversar con ellos. Esas charlas rápidas y cortas, acuciadas por las prisas para recoger y abandonar el local, pero que tan bien saben.
En los dos últimos conciertos abrimos el círculo del Guitar Power. El bueno de David Krahe accedió gustosamente a transmitirnos parte de su Guitar Power a través de unos fuertes apretones de manos. En la foto se pueden ver como pasan a la velocidad del rayo escalas menores, modos y acordes disminuidos de sus manos a las mías. Fernando Pardo también colaboró transmitiéndonos su contagioso entusiasmo para seguir surfeando o explorando el desierto, sabiendo que siempre habrá una cantimplora llena de buen rock para conseguir llegar a la meta. Y en el próximo concierto quién sabe lo que ocurrirá. Aparte de pasar un buen rato puede que abramos un nuevo círculo como sugería David Krahe recomendándonos un buen champú para nuestro escaso pelo. Os deseamos mucha suerte en vuestra gira mexicana y a ver si es verdad que pasais por nuestro territorio en Enero o Febrero.
Aprovechando que hoy es el aniversario de la muerte de Freddy Mercury y que en nuestra última visita a Londres tuvimos ocasión de asistir al musical en honor de su banda, voy a contar algunas cosillas relacionadas con Queen.
Aunque reconozco que no ha sido una banda que he seguido ni me considero gran admirador, si he de confesar que el otro día, mientras oía sus canciones en el musical, me sentí muy identificado con ellas. Se trata de temas que has escuchado cien mil veces en cien mil diferentes sitios y situaciones. Nunca he escuchado un disco entero de Queen, pero sus melodías están tan metidas en nuestro inconsciente colectivo que son parte ya de nuestra cultura.
El musical contaba con magníficos músicos que interpretaban los éxitos escondidos en los laterales del escenario, mientras los protagonistas cantaban con verdadera buena voz y ejecutaban sus medidas coreografías, aunque estas últimas no me llaman la atención. Un argumento original que pasaba de canción a canción hilando una historia futurista sobre la prohibición y posterior desaparición del rock, y de como unos jóvenes revolucionarios trataban de resucitarlo gracias a que parte de las canciones permanecían en el fondo de la memoria humana.
Recuerdo el día que Freddy murió. El primer pensamiento que me vino a la cabeza fue que ya se podría haber muerto un Papa o un Rey, que no iba a sentir lo mismo. Una gran pérdida para el mundo del rock y otro personaje para la colección de mitos de nuestra civilización.
Para acabar y como dato curioso, recuerdo que en nuestra anterior estancia en Londres, tuvimos la suerte de cruzarnos con Brian May en la Tate Modern. Como en otras ocasiones en las que me he encontrado a famosos, he preferido no decirles nada por si tienen mal día y destruyen la admiración que siento por alguno de ellos. En este caso ya lo siento porque parecía que era cercano y un gran tipo, aparte de un gran guitarrista. Una oportunidad perdida para conseguir una buena transmisión de Guitar Power. La próxima vez será.
A unos pasos del metro de Tottenham Court Road, se encuentra la calle de Londres donde la Reina Isabel cede su trono a la guitarra. No es muy grande pero tiene sus dos aceras repletas de tiendas de instrumentos, de discos y locales nocturnos rockanrolleros. Escaparates llenos de tentaciones que a pesar de la depreciación de la libra aún siguen estando unas cuantas millas fuera del presupuesto de la mayoría de los mortales
Entramos en Wunjo Guitars ya con la hora de cierre rozándonos los talones, pero tuvimos tiempo suficiente de curiosear y ver en primer plano modelos que no habiamos visto en la vida. Me llamó la atención una Mosrite de Los Ventures que superaba con creces las dos mil pounds. Y allí el señor DGM encontró la pieza clave que le faltaba para domar a su Fender Jaguar, que hasta el momento sólo obedecía al ritmo del látigo de seis cuerdas del 11. Gente agradable el personal de la tienda, que no ponía ningún impedimento a pruebas y preguntas, lástima que tuvieramos el tiempo justo para echar un vistazo y nada más. En fin, la próxima vez será.
Aprovechando esta fecha tan señalada, me llena de orgullo y satisfacción presentar la edición limitada de 50 chapas realizadas para conmemorar tan grato momento.
En breve serán repartidas entre los valientes que durante este año le dieron a la tecla para comentar alguna de las entradas. Os las iré dando según os vaya viendo por ahí (algún enchufadill@ la tiene ya). Y a los que sois de fuera algo habrá que hacer, poneos en contacto conmigo para ponernos de acuerdo y podais conseguir tamaño tesoro. Conservadla bien porque dentro de unos años valdrá una pasta y la podreis subastar en Ebay.
Muchas gracias a todos, sin vuestros comentarios esto no habría sido posible.
Ya hace un añito que comenzó esta aventura blogera. Aún recuerdo aquella tarde en que vine harto del trabajo y me poseyó el espíritu de la Biere du Demon. Un gran momento que llevo unos días rememorando, ésta vez acompañado de Chimay y Cuveé de L'Ermitage, dos buenas compañías para tan largo viaje.
Aquella semilla ha ido creciendo poco a poco, con más fuerza en algún momento y con menos en otros, pero constante e infatigable, abriendo nuevos frentes y regateando adversidades. Me siento muy satisfecho con esta iniciativa que si nadie o nada lo impide continuará su andadura digital en los próximos años. Permanezcan atentos porque vienen tiempos de celebración.
No lo duden señores, si Los Coronas no se acercan a su ciudad merece mucho la pena hacer unos kilómetros para disfrutar del mejor show surfero del momento.
No querrán perderse una actuación sin igual, plagada de sonidos reverberantes, ritmos trepidantes y trompeteos inigualables. Se verá transportado a un mundo de playas paradisíacas, desiertos mexicanos e incluso viajes al espacio exterior.
A cada instante sus pelos se pondrán de punta viendo como los mástiles de las guitarras rozan sus cabellos y los sonidos que emiten retumban en su interior.
Y si además después del evento se puede charlar con sus componentes y cerrar algún que otro círculo, pues mejor que mejor, pero eso es otra historia...
Hace tiempo escribí una entrada sobre un fenómeno que llamábamos regresión. Era en plan divertimento para reirse y pasar un buen rato sin más, pero cual no sería mi sorpresa al leer en El Mundo del 25 de Octubre un artículo sobre el tema, pero en plan serio y estudiado y que no nos dejaba muy bien parados.
Resulta que pertenezco a la generación "Peter Pan", soy hijo del "Baby Boom" y cumplo condena de 30 años y un día en forma de hipoteca. En teoría somos una generación muy bien preparada pero tenemos el problema de no tener modelos a seguir en una actualidad tan nueva y cambiante. Tenemos dudas sobre el camino correcto a seguir porque hay que hacerlo sobre la marcha y no sabremos si acertaremos o nos daremos el cogotón padre. Debido a esto estoy desencantado y desorientado y no tengo otra opción que refugiarme en la nostalgia de mi etapa infantil.
Pues yo digo que no tengo la culpa de que a nuestros padres les diera por ponerse a procrear todos al mismo tiempo, ni que la gentuza de los bancos y los especuladores se hayan cargado la economía y tengamos que pagarlo nosotros. Y si no sé que camino tengo que seguir porque cada día salen cosas nuevas y el mundo cambia a cada instante pues me tendré que adaptar a lo que venga y si acierto bien y si no pues seré un pionero que al menos lo intentó, siempre y cuando me dejaran hacerlo claro. Y si puedo hacer hoy cosas que no podía hacer cuando era adolescente por falta de tiempo y dinero, pues ole, que bien gratificantes que son.
Así que nada, que no nos echen tanto la culpa a nosotros, que tenemos lo que nos han dejado nuestros predecesores. Ya nos preocuparemos nosotros de que les dejamos a nuestros hijos. Si quereis dentro de veinte años hablamos de nuevo y comentamos como nos ha ido la jugada.
Y sucedió. Vimos las señales, las seguimos arriesgando nuestro pellejo (y nuestra pounds), atravesamos la campiña inglesa, superamos la barrera del tráfico, bajamos al inframundo del underground y aparecimos enfrente del imponente estadio de Wembley.
A mano derecha está el Arena, una especie de invernadero en el que nos introducimos con una salchicha en una mano y la entrada en la otra. Numeroso público en el evento, eso sí, todos cuarentones o incluso más. Mucho cuero motero y poco pelo, ni siquiera en las barbas.
Mientras engulliamos nuestra salchicha observábamos al grupo telonero Steel Panther que se dedicaba a jugar a hacer el heavy. Todos deseábamos que acabara aquella basura cuanto antes para ver en acción a los barbudos de Texas.
Y allí aparecieron, todo huesos y barbas, mostrando simpatía a pesar del mal sonido del evento. Un repaso por sus temas sin elegir los más conocidos, homenajeando al Dios de la Guitarra Jimi Hendrix, mostrando sus coreografías, tocando con una sola mano... Hora y media de concierto bien calculado incluyendo bises y demás y todos para casa.
Cabe resañar que era el primer concierto al que asistía en el extranjero y quería comprobar lo que suelen comentar las grandes bandas cuando vienen a nuestro país y alaban el fervor del público español que canta y se mueve al ritmo del intérprete. Pues es cierto. Aunque los asistentes mostraban su júbilo y animación entre canción y canción, y reían las bromas que hacía Bill Gibbons (y de las que yo no me enteraba), durante la canción no se movía nadie. Ni bailaban, ni tan siquiera oscilaban un poco sus piernas. No haremos más suposiciones y seguro que nos haría falta asistir a más conciertos para corroborar la estadística, pero nuestra sensación fue que eran un poco setos.
Salimos exhaustos tras el largo día directos a por una pinta antes de entrar al metro y otra al llegar al barrio, dichosos por tener una cruz más en nuestro currículum rockanrollero. Y que siga.
Nota: Siento en el alma que el video no tenga audio (que sí lo tenía), pero los señores del Youtube me lo han desactivado. Ya sabeis, los copyright y demás.
¡Qué no hay ánimo de lucro ni ningún beneficio de por medio!
Yo sólo quiero contar historias...
(Después de unas tensas negociaciones, hemos llegado a un acuerdo y podeis oir La Grange a todo volumen. HOW, HOW, HOW, HOW...)
Al final le he tenido que cambiar el audio. Suena John Lee Hooker que no es lo mismo pero tampoco está mal.
No cambiaría mi pellejo por estar en los Siete Reinos en este momento. No sólo están amenazados por el Norte, donde el Muro protege cada vez menos, y por el nuevo ejército que vendrá de más allá del Mar Angosto, sino que dentro de la isla surgen constantemente más disputas.
Ya he perdido la cuenta de los nuevos reyes que aparecen y de los que van cayendo. Conocí a Mance Rayder y me cayó bien, pero sigo fiel a la princesa Daenerys y confio en su pronto regreso para restaurar el orden perdido. Mientras unos lamen sus antiguas y nuevas heridas y se recomponen de la gran batalla, otros comienzan a aceptar que nunca serán lo que fueron, y alguno que se creía desaparecido ha vuelto a dar noticias de su existencia. Cada vez hace más frío y la nueva religión se extiende todavía con tímidez, pero el poder del Dios de la Luz es oscuro y está teñido de rojo por la sangre y el fuego.
No, no es un buen momento para estar en los Siete Reinos y me pregunto ¿quién será el próximo en morir?
Apenas unos días antes de nuestro viaje a Londres y cuando la programación de la ruta aún estaba en periodo embrionario, comenzaron a aparecer señales inquietantes que marcarían nuestro futuro y guiarían nuestros pasos a traves de la pérfida Albión.
Dudábamos en poder compaginar nuestra travesía entre los megalitos del suroeste de la isla y el encuentro con una de nuestras raices rockanrolleras en forma de concierto de los ZZ Top. Casualidades o maldades del destino ambos eventos coincidían el mismo día y se nos hacía difícil dirimir entre uno u otro o los dos. En estas vicisitudes andábamos cuando una señal procedente de sabe Dios donde vino a allanarnos el camino aclarando de un plumazo cualquier duda posible.
El espejo del baño fue el elemento usado como transmisor para hacernos llegar la señal. Tras una ducha como tantos otros días, el vaho acumulado por el calor del agua reveló el mensaje secreto. Allí estaba la respuesta, dos pequeñas zetas enlazadas marcaban el camino a seguir. Había que arriesgarse y seguir la señal, así que compramos las entradas aun a sabiendas de que nuestra asistencia corría un gran peligro.
El día del evento volvíamos de regreso a Londres con una sonrisa en la cara por la satisfacción de lo vivido y porque llevábamos un horario que nos permitiría llegar al concierto sin problemas. Sin embargo, a unas cuantas millas de nuestro destino la situación se tornó aciaga debido al colapso del tráfico. Comenzamos a comernos las uñas y a tirarnos de los cabellos (eso un poco menos porque no hay de donde tirar) y en un alarde da valor saltamos de la furgoneta casi en marcha para adentrarnos en el subterráneo que nos llevaría a nuestro objetivo.
A mitad de camino hacia Wembley, a la altura de Baker Street segun se tira a la izquierda, nos encontramos con un grupo de jóvenes mexicanos que también encaminaban sus pasos hacia La Granja. Rapidamente y gracias a la magia del rock and roll unimos nuestros esfuerzos para llegar a nuestro destino, driblando con habilidad los obstáculos de la mano negra que intentaba que fracasaramos y confundiéramos nuestros pasos. No lo consiguió y las zetas nos llevaron a disfrutar de una noche inolvidable dentro del Wembley Arena.
Curiosa historia la que nos narraron nuestros compadres mexicanos. Uno de ellos se cruzó con el bueno de Bill Gibbons en una tienda de gafas, entablaron conversación de nuevo por obra y gracia de la magia del rock, que une en una isla a gente de varios continentes, y aquí viene lo grandioso de este relato: les regaló cuatro entradas para que fueran a verlos gratis.
Y así fue como nos reunimos en una estupenda noche de otoño gentes de aquí y allá para mover nuestras barbas al ritmo de ZZ Top, dando gracias a la magia del rock que nos iluminó a través de nuestro peregrinar y nos premió por ser tan buenos chicos. ¡Viva el rock and roll!
No hay mejor ocasión que visitar las Islas Británicas para recorrer cuantos más pubs sea posible, acompañando cada visita de una degustación cervecera en consonancia con cada tipo de local. Así se hizo y aunque siempre podía haber sido mayor el número de visitas, no nos quejaremos porque fueron abundantes y con grata compañía tanto personal como para nuestros sedientos gaznates.
Hubo algunos que se tiraron a la Guinness sin remisión, haciendo caso omiso a los consejos para aprovechar la coyuntura y degustar otras marcas que en tierras patrias son totalmente inadcesibles. Este fue mi caso y el menda se probó todo lo posible de las casas Fuller's y McMullen. Esas ales rojizas, de poco gas y no muy frías que entran como el agua y salen a la perfección para pagar tributo a la Reina y dejar nuestra cabeza libre de resacas anglosajonas.
Otro círculo que dejo abierto, el de probar todos los grifos que aparecen en las fotos y del que me quedan todavía unas cuantos. Espérenme con los brazos abiertos hasta la próxima ocasión en que podamos volver a unir nuestros alegres corazones.
Uno de los objetivos del viaje a Londres era visitar el British Museum para poder observar los enseres del mago John Dee. Sólo se pudo cubrir en parte esta misión ya que el más preciado de los objetos, el espejo negro, había sido prestado a New Haven, así que nos tuvimos que conformar con ver otros artilugios usados por este inquietante personaje en sabe Dios qué oscuros rituales.
Dee fue un gran astrónomo, matemático y navegante que se atrevió a cruzar al lado oscuro para obtener aún más conocimientos de los que ya poseía, esto le trajo más de un problema ya que fue acusado de brujería y oscurantismo, lo cual finalmente le llevó a la ruina.
Gozó de buena reputación durante el reinado de Isabel I, de la que fue astrónomo particular. Incluso se comenta que fue el causante de las tormentas que destruyeron a la Armada Invencible. Su afán de saber lo condujo hacía la compañía de Edward Kelley, un personaje de dudosa reputación que presumía de ser alquimista y poder contactar con los espíritus. Juntos y probablemente usando los objetos de las fotografías, incluído el espejo negro, se dedicaron a realizar sesiones de comunicación con el otro lado, con lo que Dee creía que eran ángeles y sus detractores espíritus malignos, utilizando en muchas de ellas el lenguaje enoquiano.
Un personaje lleno de misterio que aún a día de hoy sigue siendo objeto de numerosas disquisiciones con partidarios a favor y en contra, y que seguro seguirá siéndolo porque está relacionado con multitud de situaciones extrañas sin esclarecer todavía.