Mucho tiempo ha pasado desde la lectura de la Voz de las Espadas. Tanto que por desgracia la memoria falla y me cuesta sacarle todo el sabor a los nuevos personajes, herederos de aquellos grandes que coparon los libros anteriores. Otros muchos vuelven a aparecer, con los cambios propios de la edad y de los avatares sufridos, y me sirven para atar cabos y enlazar pasado y presente. Lagunas mentales aparte, todo un placer volver al Círculo del Mundo y aseguro que no será la última vez.
Es curioso, y atendiendo a lo anterior, que de principio a fin del libro se nombre de forma constante a Logen Nuevededos, que aunque no aparece en el libro sigue presente convertido en leyenda y ejemplo para las nuevas generaciones de guerreros, lo cual no sé si es bueno o malo, pero me alegra. Y en la presente entrega, han sido cuatro los personajes que más me han cautivado: dos antiguos y dos nuevos. De los antiguos empiezo por "Toro" Broad, que aúna a partes iguales nobleza de sentimientos y un pronto violento que le lleva dando problemas desde sus tiempos de soldado. Él intenta controlarse aconsejado por su familia, pero no siempre lo consigue con desiguales consecuencias. El segundo de los antiguos es Trébol, un truhán curtido por la vida que sabe bien cuando mantenerse al margen o inmiscuirse sólo si es necesario. Me gustaría recordar más cosas de su pasado pero una laguna me lo impide. Y en cuanto a los nuevos, decir que son nuevas porque se trata de dos chicas de lo más diferente pero que siguen caminos paralelos y de vez en cuando se cruzan como buenos polos opuestos. Se trata de Rikke y Savine, y no digo más que pueda desvelar lo que no debo.
En cuanto al autor, mi admirado y envidiado Abercrombie, con el comparto año de nacimiento y me gustaría compartir cualidades literarias, destacar su maestría narrativa en dos escenas por poner un ejemplo. Es fascinante ver (o leer) como maneja la acción desde diferentes puntos de vista durante los acontecimientos acaecidos en la Plaza de Valbeck y en el baile de celebración. Por otra parte, quitarme el sombrero porque en el primer giro me pilló totalmente, pero en el segundo no lo consiguió. Este patinazo generó en mí una pequeña duda que se disipó muy cerca del final, cuando me sorprendió con un golpe maestro que nos dejó helados literalmente tanto a los personajes que lo presenciaron como a mí que lo leí.
Y ahora toda esperar a la siguiente entrega, muy satisfecho con esta lectura que he alargado todo lo que he podido para poder saborearla durante el mayor tiempo posible. ¡Altamente recomendable!
Es curioso, y atendiendo a lo anterior, que de principio a fin del libro se nombre de forma constante a Logen Nuevededos, que aunque no aparece en el libro sigue presente convertido en leyenda y ejemplo para las nuevas generaciones de guerreros, lo cual no sé si es bueno o malo, pero me alegra. Y en la presente entrega, han sido cuatro los personajes que más me han cautivado: dos antiguos y dos nuevos. De los antiguos empiezo por "Toro" Broad, que aúna a partes iguales nobleza de sentimientos y un pronto violento que le lleva dando problemas desde sus tiempos de soldado. Él intenta controlarse aconsejado por su familia, pero no siempre lo consigue con desiguales consecuencias. El segundo de los antiguos es Trébol, un truhán curtido por la vida que sabe bien cuando mantenerse al margen o inmiscuirse sólo si es necesario. Me gustaría recordar más cosas de su pasado pero una laguna me lo impide. Y en cuanto a los nuevos, decir que son nuevas porque se trata de dos chicas de lo más diferente pero que siguen caminos paralelos y de vez en cuando se cruzan como buenos polos opuestos. Se trata de Rikke y Savine, y no digo más que pueda desvelar lo que no debo.
En cuanto al autor, mi admirado y envidiado Abercrombie, con el comparto año de nacimiento y me gustaría compartir cualidades literarias, destacar su maestría narrativa en dos escenas por poner un ejemplo. Es fascinante ver (o leer) como maneja la acción desde diferentes puntos de vista durante los acontecimientos acaecidos en la Plaza de Valbeck y en el baile de celebración. Por otra parte, quitarme el sombrero porque en el primer giro me pilló totalmente, pero en el segundo no lo consiguió. Este patinazo generó en mí una pequeña duda que se disipó muy cerca del final, cuando me sorprendió con un golpe maestro que nos dejó helados literalmente tanto a los personajes que lo presenciaron como a mí que lo leí.
Y ahora toda esperar a la siguiente entrega, muy satisfecho con esta lectura que he alargado todo lo que he podido para poder saborearla durante el mayor tiempo posible. ¡Altamente recomendable!
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