Los Jardines de la Luna de Steven Erikson.

Cerca de dos meses he tardado en leer esta obra, de lo cual no me jacto en absoluto. No es excusa para mi penoso ritmo de lectura el que se trate de una novela de quinientas páginas con una tipografía diminuta. Además para mi consuelo, en un comentario anterior se criticaba a uno que no había leído un libro en un año.

Ya avisa el autor en el prólogo, que la lectura de este primer libro de la saga: Malaz, el Libro de los Caídos es ardua debido al ingente contenido de información y personajes que alberga, y que una gran parte de los lectores que se atreven con ella no pasan del primer tercio. En mi caso reconozco haber tenido que releer más de una y de dos partes para asimilar lo contado, pero ha sido en parte por mi incompetencia frente a temas mágicos de los que no tenía ninguna experiencia previa. Sendas, dioses y extrañas razas se me han atragantado un poco, pero con confianza me he dejado llevar hasta buen puerto. Destaco ideas como la acción sobre los tejados de Darujhistan, el Túmulo del Jaghut y la liberación de demonios a conveniencia.

En cuanto a la comparación con la Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin mi opinión está clara y sin ninguna duda: no tiene nada que hacer frente a ella. Martin es orden, definición y su magia es mucho más asequible al entendimiento. Con ello no digo que este libro sea malo, aparte del gran mérito de su laboriosa escritura.

Y para finalizar darle un toque de atención a la editorial Factoría de Ideas, que al parecer va a seguir publicando en español títulos de esta saga: Señores, cuiden un poco más sus ediciones, pues albergan multitud de erratas y faltas de ortografía. Desde mi humilde posición de lector infatigable ofrezco mis servicios para realizar dicha revisión a cambio de una bilateralmente acordada remuneración.