A pesar de la gran repercusión mediática que tuvo La Sombra del Viento, reconozco que no lo leí hasta la publicación de El Juego del Angel. Sabiendo que estaban relacionados entre si, aproveché para leer los dos seguidos, lo cual agradezco porque a mucha gente que le preguntaba cuando leían el segundo ya no se acordaban muy bien del primero.
Ya en la primera página se nota la marca del autor, en la cuidada construcción de las descripciones. Presenta con perfección el escenario de Barcelona y en concreto el del cementerio, un lugar que sin duda llamará la atención de los amantes de los libros y la lectura.
Época dura la de la posguerra: fría, con pocas comodidades y libertades a nivel personal y social, reflejada magistralmente a través del personaje que más me gustó del libro, el sin par Fermín Romero de Torres. Esos diálogos, ese pasado y presente marcado por la guerra civil y ese espíritu para tirar hacia delante. Me recuerda a alguien con especial cariño pero todavía no he conseguido acordarme de quien es.
La trama sobre libros malditos, autores misteriosos y búsquedas en el pasado, estoy seguro que ha sido la mayor causa del éxito del libro, además de la buena pluma del autor que ha sabido tocar el punto sensible de muchos lectores.
En el segundo libro se introduce aún más en el mundo del misterio a través del personaje del editor de libros Andrea Corelli, que nos descoloca sacándonos de la ubicación realista de la narración.
A modo de precuela de La Sombra del Viento, me costó un poco encajar las dos historias, teniendo en algún momento de confusión la duda sobre un posible error del autor con los personajes que se entrelazan en los dos libros. Dicha duda quedó totalmente disipada y el error solo es achacable a mi falta de atención en algunos momentos.
En esta ocasión el ambiente descrito es el de los años veinte, en el que también encontramos los prejuicios y diferencias sociales que existirán después de la guerra civil, por si alguno le quedan dudas de que el tiempo pasa pero la cultura popular permanece.
No he leído los otros libros del autor Carlos Ruiz Zafón: la Trilogía de la Niebla y Marina, y por ahora no lo voy a hacer.
Época dura la de la posguerra: fría, con pocas comodidades y libertades a nivel personal y social, reflejada magistralmente a través del personaje que más me gustó del libro, el sin par Fermín Romero de Torres. Esos diálogos, ese pasado y presente marcado por la guerra civil y ese espíritu para tirar hacia delante. Me recuerda a alguien con especial cariño pero todavía no he conseguido acordarme de quien es.
La trama sobre libros malditos, autores misteriosos y búsquedas en el pasado, estoy seguro que ha sido la mayor causa del éxito del libro, además de la buena pluma del autor que ha sabido tocar el punto sensible de muchos lectores.
En el segundo libro se introduce aún más en el mundo del misterio a través del personaje del editor de libros Andrea Corelli, que nos descoloca sacándonos de la ubicación realista de la narración.
A modo de precuela de La Sombra del Viento, me costó un poco encajar las dos historias, teniendo en algún momento de confusión la duda sobre un posible error del autor con los personajes que se entrelazan en los dos libros. Dicha duda quedó totalmente disipada y el error solo es achacable a mi falta de atención en algunos momentos.
En esta ocasión el ambiente descrito es el de los años veinte, en el que también encontramos los prejuicios y diferencias sociales que existirán después de la guerra civil, por si alguno le quedan dudas de que el tiempo pasa pero la cultura popular permanece.
No he leído los otros libros del autor Carlos Ruiz Zafón: la Trilogía de la Niebla y Marina, y por ahora no lo voy a hacer.
4 comentarios:
Va a ser dificil hacer este comentario sin desvelar el final de "El juego del Angel" pero me gustaría saber cual es tu interpretación sobre como acaba. Yo creo que el autor ha dejado el final del libro abierto para que cada uno piense lo que quiera y yo, por supuesto, me decanto por lo relacionado con el alma.
Por cierto, en contra de la opinión popular, a mí me gustó más "El juego del Angel" que "La sombra del viento".
Fer.
Podríamos pensar en el diablo, jugando con los infelices humanos. O con la maldición de la inmortalidad, que para algunos puede ser bendición, pero yo me pongo en plan vampiro y la considero una maldición.
Entonces vamos por el mismo camino. En algunos foros lo atribuyen a una enfermedad mental. A mí me convence más que sea el diablo.
Si es una enfermedad mental, está muy pero que muy elaborada. Yo prefiero pensar en lo sobrenatural.
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