Y llegaron los rockers. Brian Setzer con su guitarrón, Lee Rocker con su contrabajo y Slim Jim Phantom con su media bateria, no hacía falta más. Recuerdos de cuando tenía pelo y podía hacerme un amago de tupé. Ritmo, melodía, velocidad encima de la moto o baladas para ponerse cariñoso. Qué dinero más bien empleado aquellos vinilos que compré con el sudor de mis ahorros juveniles: Stray Cats, Rant and Rave, Blast off... Y el culmen poder verlos en directo. Fue en la plaza de toros de Gijón en el Crossroads Festival del año 2004, lleno hasta la bandera (ni el Jose Tomás ese), descarga rockanrollera de dos horas y gustazo para toda la vida.Ahora anuncian su gira de despedida por todo el mundo, con casi todo vendido, quien dijo que el Rock había muerto, no señores: ¡Los viejos rockeros nunca mueren! Ellos continuarán con sus proyectos en solitario y a lo mejor en el futuro vuelven a recorrer las calles estos gatos salvajes.
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