Al final de la playa del Sardinero se halla un monumento dedicado al pueblo cántabro. Estas gentes ocupaban la actual provincia de Cantabria y algunas zonas de las provincias colindantes. Estaba formado por diferentes clanes y puso todo su ahínco en evitar ser dominados por los romanos.
Al pie del monumento se cita una frase del poeta Horacio que da título a esta entrada y significa "El cántabro, no enseñado a llevar nuestro yugo". Da fe del carácter indómito de estos pueblos norteños que defendieron lo suyo con honor y valentía, y que tantas veces se ha puesto como ejemplo de lucha justa y heroica.
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