Puntual como ninguno, Eugene "Hideaway" Bridges saltó al escenario a pesar de que el público todavía se encontraba disperso y distraído por los alrededores del Castañar. A su llamada acudieron con rápidez a disfrutar, esta noche sí, del buen blues al que nos tienen acostumbrados en Béjar.
El segundo en salir a la arena fue Sugar Blue, uno de los mejores armonicistas del mundo, acompañado de una banda total sin fisuras y engrasada a la perfección. Qué capacidad pulmonar debe tener este hombre, que soplaba, soplaba y cuando parecia que se iba a quedar sin aliento, resurgía para seguir soleando durante un tiempo mayor que rompía las leyes básicas de la naturaleza.
Y para finalizar el show llegaron desde Finlandia la Wentus Blues Band, con su particular forma de ver el blues. Un espectáculo en toda regla, con los miembros de la banda entregados y estableciendo una conexión constante con el público. Sirvieron de base para homenajear al ochentañero Eddie Kirkland, que a pesar de los estragos de la edad, se mantuvo en el escenario hasta bien entrada la madrugada. Y para acabar de rematar esta mezcla un tanto surrealista, apareció en escena Barrence Whitfield, un frontman incansable que no paró ni un momento y que alargó la fiesta sin decaer hasta el mismísimo final.
Una gran jornada de blues y no la del primer día. Gracias que nos pudimos quitar el mal sabor de boca que nos dejó el trago del viernes. Ya están de nuevo los ánimos al máximo, descontando tiempo en la cuenta atrás que nos llevará a la próxima edición el año que viene. Ya queda menos amigos.
El segundo en salir a la arena fue Sugar Blue, uno de los mejores armonicistas del mundo, acompañado de una banda total sin fisuras y engrasada a la perfección. Qué capacidad pulmonar debe tener este hombre, que soplaba, soplaba y cuando parecia que se iba a quedar sin aliento, resurgía para seguir soleando durante un tiempo mayor que rompía las leyes básicas de la naturaleza.
Y para finalizar el show llegaron desde Finlandia la Wentus Blues Band, con su particular forma de ver el blues. Un espectáculo en toda regla, con los miembros de la banda entregados y estableciendo una conexión constante con el público. Sirvieron de base para homenajear al ochentañero Eddie Kirkland, que a pesar de los estragos de la edad, se mantuvo en el escenario hasta bien entrada la madrugada. Y para acabar de rematar esta mezcla un tanto surrealista, apareció en escena Barrence Whitfield, un frontman incansable que no paró ni un momento y que alargó la fiesta sin decaer hasta el mismísimo final.
Una gran jornada de blues y no la del primer día. Gracias que nos pudimos quitar el mal sabor de boca que nos dejó el trago del viernes. Ya están de nuevo los ánimos al máximo, descontando tiempo en la cuenta atrás que nos llevará a la próxima edición el año que viene. Ya queda menos amigos.
6 comentarios:
Mas blues y menos funky!!!!
Gran noche la de ayer, todos los grupos muy buenos y un sonido excelente.
Gracias, Obrigado a todos y en especial a la Alquitara por organizar este "sarao" tan especial.
Esos bocatas de tortilla me vuelven loco!!
Me alegro por ustedes, a mi me salió el make it funky una miaja por las orejas y todavía recuerdo los ojos A. Brown saliéndose de las órbitas :)
Pero después de todo, estuvo bien ir.
Yo quedé tan saturada del Make it funky que casi se me olvida que la primera banda estuvo bastante bien.
Ya sentí no poder ir el segundo día,
donde según parece hubo más blues.
A ver el próximo año que tal.
Más blues y menos funky!!
Ya lo dijo Sugar Blue:
¿Sabeis que hora es?
ES LA HORA DEL BLUES.
Buenas de nuevo, ¡que gran día! diría que maravilloso, impresionante Eugene "Hideaway", que decir del pedazo de guitarrista que se sacó el "Jimi Hendrix de la armónica"jejeje, además de su carisma sin olvidarnos de la bajista que era buenísima, pero sin duda el plato fuerte fueron los finlandeses cachondos que tenían una puesta en escena, un buen rollo y un buen hacer... Se me ponían los pelos de punta al ver a una gente tan tolerante y enrollada, hacer que el paisano de 86 años estuviera tocando como estuvo, además de las piruetas del cantante (un crack) junto con el negraco aquel que era capaz de comerse una jirafa y después escalar el empire state building ¡que fenómeno! En fin me lo pasé en grande. Por cierto, que currao está el reportaje fotográfico, enhorabuena. Un saludo. El caballero de la noche.
PD: Revisar lo del cumple que hay un comentario interesante para todos.
Os odio un poco eh, y yo echando la papilla, ya me vale...
Bueno, supongo que llegaremos al próximo año.
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