
Bailaron cumbias y pasodobles embelesados con las luces del escenario pero lo que más les gustó fueron los corridos mexicanos. Tras pasar un buen rato decidieron volver al corral y darles envidia a los demás miembros de la manada que no se atrevieron a cruzar el límite.
Compañeros, hay veces en la vida que hay que arriesgarse.
Compañeros, hay veces en la vida que hay que arriesgarse.
1 comentario:
Bailar, bailar, bailaron poco que yo los ví...
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