Y es que no puedo ir a la biblioteca. Mira que me
había juramentado para no meter material nuevo en casa y dedicarme
en cuerpo y alma a la Danza de los Dragones, cuando el otro día se
me presentó una buena oportunidad para echar un vistazo en la
biblioteca del barrio y me dejé arrastrar por la tentación. Lo que
iba a ser sólo una rápida visita se convirtió en tres ejemplares
camino de casa con el consecuente acúmulo de lecturas y yo robando
horas al sueño para dar salida a todas ellas.
Una de ellas ha sido la edición integral de Bruce
J. Hawker, un cómic que narra las aventuras de un apuesto marino
inglés allá por principios del siglo XIX. Acompañaremos a este
galán, tan rubio que incluso en muchísimas ocasiones aparece con el
pelo blanco, por Londres y las costas españolas de Cádiz y Galicia,
en aventuras donde se nos muestra con detalle el mundo de la
marinería a través de combates navales de acción trepidante
cargados de expresiones y maldiciones en inglés. Es gracioso
constatar la imagen que se le da al enemigo español por tierras
anglosajonas: tipos rudos y machistas, con más aspecto de integrantes del ejército de Pancho Villa que
español, de nombres tan típicos como Paco y Manolo que gustan de
bailar flamenco y que como no, sucumbirán ante las artes militares
del protagonista.
Otro aspecto muy curioso a destacar es la presencia de bellísimas
señoritas alrededor de nuestro Bruce. Y es que no hay ninguna fea,
da igual que pertenezca a la aristocracia o sea una pobre gitana. No
sé si tiene relación con esto el hecho de que el personaje fuera
creado por su autor para una revista femenina., como bien se remarca
en el prólogo del libro.
En resumen, un tomo lleno de numerosos y variados personajes, que
van mostrando aspectos de la vida del XIX tanto en los clubes más
distinguidos de Londres, como en las tabernas de mala muerte a
orillas del Támesis, aparte de alguna noción muy instructiva sobre
artillería naval. Todo muy ameno y entretenido que es lo que andaba
buscando, si señor.
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