Tras la lectura de este relato reconozco mi pesar ya que me esperaba otra cosa. Me siento defraudado porque las expectativas que yo mismo me había creado (que quede claro que asumo toda la culpa) no han satisfecho mi interés por la obra. Y es que me había dejado llevar por las extremecedoras ilustraciones de Santiago Caruso para la presente edición y la fama y época de Ambrose Bierce. Todo ello me conducía sin remedio a un ambiente gótico y paranormal que por desgracia no he encontrado.
Por el contrario, mis pensamientos al leer la novela han sido un tanto frívolos, divagando sobre la coincidencia del escenario de la historia (Berchtesgaden y los Alpes Bávaros) con el de recreo de Adolf Hitler; o de la cerveza que fabricaban los monjes franciscanos por aquellos lares (y que sin duda relaciono con la deliciosa Franciskaner), líquido que por cierto detesta el insufrible y temeroso de Dios hasta la saciedad joven protagonista, que a mi entender sufre algún tipo de trastorno mental (no porque no le guste la cerveza, sino por su comportamiento).
Nos encontramos ante una historia que Bierce retocó y alargó tras recibir una traducción al inglés del original de Herr Richard Voss, todo ello muy bien explicado en el prefacio por el propio autor, y que adaptada a los tiempos modernos podría por desgracia aparecer en cualquier telediario de nuestros días.
Aunque la trama no me convence, no puedo sino halagar la extraordinaria edición del libro: tapa dura, papel satinado y grueso, ni una sola falta ortográfica o error tipográfico que hiera los ojos y unas magníficas ilustraciones a las que culpo de haber confundido mi objetivo por su inquietante contenido.
Y para terminar, reproduzco una curiosidad que he encontrado en forma de antigua superstición y que no conocía:
"MIentras observábamos la sorprendente escena, sentí un temblor helado que recorría mi cuerpo. Se dice que éste es un signo inequívoco de que alguien ha pisado el lugar que será nuestra tumba."
1 comentario:
Jo, pues yo reconozco que la edición y las maravillosas ilustraciones también me habían cautivado y tenía en el punto de mira este libro como compra potencial... seré un poco más cauto y trataré de leerlo un poco en la librería antes de llevármelo, a ver si me convence el relato en sí.
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