De Varna a Whitby, ese fue el recorrido del bergantín Demeter transportando su horrible carga. Y así nos lo contó su capitán durante el trayecto, con incredulidad primero y con creciente terror segun disminuía el número de miembros de su tripulación. Cualquier sitio es bueno para mostrar una calavera, unos ojos amenazantes o unos dientes afilados, pero que mejor lugar que una sombra, la cresta de una ola, los ojos de una rata o la amenazadora niebla. Un viaje maldito prólogo de una historia más terrible y genial aún.
Ana Juan ilustra de manera ejemplar esta obra que no sé si catalogar de cómic o libro con ilustraciones. Da lo mismo porque el objetivo está cumplido con creces: mostrar de forma tenebrosa una parte encantadoramente terrorífica del Drácula de Bram Stoker. Acompañado de las breves lineas del cuaderno de bitácora del capitán, nuestros ojos curiosos buscarán en las sombras del blanco y negro ese detalle macabro y maligno que nos hará estremecer antes de pasar la página. Preciosa la portada donde se atisba sólo una pequeña calavera blanca rodeada de inmensa negrura, imagen que se torna en una maléfica sirena o gorgona si nos acercamos o cambia el reflejo sobre ella.
Y por poner un pero a esta edición, los dichosos errores tipográficos. Uno en el prólogo de Felipe Hernández Cava, donde un inoportuno más sustituye a un mar, y otro en la primera edición del Dailygraph, donde una hache traviesa y burlona desorienta a un Whitby por un Withby. Más cuidado señores editores.
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