Conocido popularmente por el desgraciado asesinato de John Lennon, el edificio Dakota se yergue en el privilegiado oeste de Central Park. A primera vista llama la atención su estilo arquitectónico, cercano a un posible gótico y su pequeña altura en comparación con otras construcciones de la zona. Da una sensación de oscuridad y misterio que lo hace ideal como escenario para una película de terror, como así parece que fue.
Aparte del respeto que me da Lennon, pensaba hacer una entrada un poco cómica, metiéndome con su viuda Yoko Ono (que no es santa de mi devoción), al estilo:
Llamé a su timbre a ver si bajaba a jugar a Central Park y de paso cantarle las cuarenta por su papel en la desaparición de los Beatles...
Pero nada de eso, todo lo contrario, me quedé atrapado por la atmósfera del edificio y sus alrededores, y al leer un poco sobre su historia, puede que aquí esté la explicación.
Leyendo, leyendo, me entero de los ilustres inquilinos que ha tenido y tiene en la actualidad: el director de orquesta Leonard Bernstein, la actriz Judy Garland, Lauren Bacall (a la que tuvimos la suerte de ver salir del edificio), el mítico Boris Karloff, la ya aludida Yoko Ono, el director de cine Roman Polanski (que rodó aquí escenas de La Semilla del Diablo), y la lista se cierra con mis pelos poniéndose de punta al oír que aquí vivió el mago Aleister Crowley. Si este tipo estuvo en el edificio, no me extraña nada que circulen leyendas de maldición por el lugar.
Lo llamaron Dakota, porque en 1881 cuando lo construyeron, estaba tan lejos del centro que el viaje parecía tan largo como ir al estado de Dakota. Se cuenta que se construyó precisamente allí por ser un lugar de concentración de fuerzas malignas, aprovechado por seguidores satánicos para hacer sus rituales. Suicidios, ruidos extraños y olores nauseabundos adornan sus paredes y rincones, y no me extraña nada porque si que da repeluco al acercarse.
Nos quedaremos con la parte emocional y haremos un homenaje al gran John Lennon, que tiene un mosaico en su honor en Central Park: Imagine.
Llamé a su timbre a ver si bajaba a jugar a Central Park y de paso cantarle las cuarenta por su papel en la desaparición de los Beatles...
Pero nada de eso, todo lo contrario, me quedé atrapado por la atmósfera del edificio y sus alrededores, y al leer un poco sobre su historia, puede que aquí esté la explicación.
Leyendo, leyendo, me entero de los ilustres inquilinos que ha tenido y tiene en la actualidad: el director de orquesta Leonard Bernstein, la actriz Judy Garland, Lauren Bacall (a la que tuvimos la suerte de ver salir del edificio), el mítico Boris Karloff, la ya aludida Yoko Ono, el director de cine Roman Polanski (que rodó aquí escenas de La Semilla del Diablo), y la lista se cierra con mis pelos poniéndose de punta al oír que aquí vivió el mago Aleister Crowley. Si este tipo estuvo en el edificio, no me extraña nada que circulen leyendas de maldición por el lugar.
Lo llamaron Dakota, porque en 1881 cuando lo construyeron, estaba tan lejos del centro que el viaje parecía tan largo como ir al estado de Dakota. Se cuenta que se construyó precisamente allí por ser un lugar de concentración de fuerzas malignas, aprovechado por seguidores satánicos para hacer sus rituales. Suicidios, ruidos extraños y olores nauseabundos adornan sus paredes y rincones, y no me extraña nada porque si que da repeluco al acercarse.
Nos quedaremos con la parte emocional y haremos un homenaje al gran John Lennon, que tiene un mosaico en su honor en Central Park: Imagine.
1 comentario:
Sólo recordar algunas secuencias de la "semilla del diablo" dentro del edificio, te entra una cosica en el cuelpo...
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