Hoy en día el tiempo es más oro que nunca, incluso la expresión latina tempus fugit se ha quedado pequeña para describir la acuciante escasez del bien más preciado del siglo XXI. Si dos minutos ya se hacen largos, tres son una eternidad.
Y aquí llega Amparito, desenterrando (si alguna vez estuvo muerto) o simplemente desempolvando el espíritu del punk, que vuelve renovado en una vertiente más sana y deportiva que en sus psicotrópicos inicios.
Imposible no relacionarlas con Parálisis Permanente aderezados con Fresones Rebeldes y un toque de mis añorados Redneck Surfers. Muchos renegarán de ellas pero cuando el mensaje llega y la transmisión es efectiva, no hay nada más que decir. Y aunque esta entrada esté dedicada a este tema, hay muchos más destacables en su primer disco Clara oscuridad, el cual os recomiendo escuchéis unas cuantas veces, pues no os robará mucho tiempo de ese del que no disponéis y habrá merecido la pena. Ya me lo contaréis... si queréis.
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