Un buen tema para ampliar los límites de una conversación es hablar de libros. Se me ocurren dos posibilidades, ambas igual de amenas y sugerentes. El primer caso ocurriría cuando los contertulios han leído el libro en cuestión. En esta situación no hay problemas para hablar de la trama, personajes y detalles del libro, mostrando cada uno cuales han sido los momentos de lectura más atrayentes o por el contrario, los más soporíferos. El diálogo puede derivar hacia el autor y el estilo del libro, pudiendo durar el entretenimiento un margen mayor de tiempo.
La segunda posibilidad se presenta cuando sólo uno de los participantes ha leído el libro. Aquí, tendrá que tener la habilidad de insinuar el contenido sin mostrar ningún detalle de la trama ni por supuesto del final. Puede ser para bien o para mal, recomendando su lectura o criticándolo para desestimar su compra o préstamo.
Si llega un momento en que nadie puede hablar de libros, a lo mejor ha llegado la hora de plantearse ver menos la televisión y hacer otras cosas. Lean señores, que la vida es corta y no tendrán tiempo suficiente para leer todo lo que les interese.
Si llega un momento en que nadie puede hablar de libros, a lo mejor ha llegado la hora de plantearse ver menos la televisión y hacer otras cosas. Lean señores, que la vida es corta y no tendrán tiempo suficiente para leer todo lo que les interese.
1 comentario:
Que verdad más grande!!! A mi no me da tiempo a leer todo lo que me gustaría... A ver si puedo opinar en alguna de tus entradas de libros.
Saludos
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