Los apaches lo llamaban el Jardín del Diablo. Es la montaña hogar del Dios del Trueno, lugar sagrado donde el oro es tan abundante como la sal en el mar. Lástima que el precio a pagar por él sea tan caro como el de las cabezas que se dejaron por alli los intrépidos aventureros que lo intentaron.
El primer europeo que se acercó al lugar fue el español Vázquez de Coronado, que habiendo oído las leyendas del oro apache intentó sin suerte descubrirlo. A cambio dejó las cabezas cortadas de muchos de sus hombres y el nombre actual de la montaña: Superstición.
Sin embargo, no todo han sido fracasos completos en las expediciones al lugar, ya que en dos ocasiones si que se llegó a encontrar el tesoro.
La primera la protagonizó el mexicano Miguel Peralta, que logró encontrar oro. Un oro que pudo enviar a México en pequeñas cantidades y que al analizarlo se comprobó que era de gran pureza, como si hubiera sido refinado. Se cree que pudiera ser de origen azteca. Quizás este es el motivo por el cual el mexicano Peralta no sucumbió a la maldición de la montaña. El problema fue que los apaches por aquel entonces estaban hartos ya del hombre blanco y masacraron y exterminaron a los cuatrocientos hombres de la expedición.
El segundo caso ocurrió unos años después, cuando Jacob Waltz "el holandés", se casó con una india que pudo desvelarle el secreto de la montaña. Por esta traición, ella fue castigada por los apaches, que le cortaron la lengua, muriendo pocos días despúes. El Holandés continuó entrando y saliendo de la montaña sin problema alguno hasta el día de su muerte, llevándose a la tumba el secreto.
Hoy en día los excursionistas no se acercan demasiado al lugar. Aunque los apaches ya no andan por aquellas tierras, la maldición persiste y se respeta. Yo, por si alguno de vosotros os atreveis a jugaros la cabeza, os dejo un mapa de la zona, a ver si teneis suerte.
Sin embargo, no todo han sido fracasos completos en las expediciones al lugar, ya que en dos ocasiones si que se llegó a encontrar el tesoro.
La primera la protagonizó el mexicano Miguel Peralta, que logró encontrar oro. Un oro que pudo enviar a México en pequeñas cantidades y que al analizarlo se comprobó que era de gran pureza, como si hubiera sido refinado. Se cree que pudiera ser de origen azteca. Quizás este es el motivo por el cual el mexicano Peralta no sucumbió a la maldición de la montaña. El problema fue que los apaches por aquel entonces estaban hartos ya del hombre blanco y masacraron y exterminaron a los cuatrocientos hombres de la expedición.
El segundo caso ocurrió unos años después, cuando Jacob Waltz "el holandés", se casó con una india que pudo desvelarle el secreto de la montaña. Por esta traición, ella fue castigada por los apaches, que le cortaron la lengua, muriendo pocos días despúes. El Holandés continuó entrando y saliendo de la montaña sin problema alguno hasta el día de su muerte, llevándose a la tumba el secreto.
Hoy en día los excursionistas no se acercan demasiado al lugar. Aunque los apaches ya no andan por aquellas tierras, la maldición persiste y se respeta. Yo, por si alguno de vosotros os atreveis a jugaros la cabeza, os dejo un mapa de la zona, a ver si teneis suerte.
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