Ya tengo conmigo mi nueva adquisición, el pedal de distorsión de Marshall. La primera impresión fue de gran solidez, pesa y es todo metal, hecho para durar. Al probarlo comencé con los ajustes que venían en el folleto (fat blues, crunch, hardcore y screaming solo) pero no me convencieron mucho, así que empecé a cacharrear con los controles y entonces ya pude oir sonidos más acordes a mis gustos. Solo me queda probarlo con un poco más de volumen para ver todas sus posibilidades y que mis queridos vecinos me den su opinión.
1 comentario:
Tras varios días probando el pedal, mis vecinos opinan que soy muy guapo y que toco muy bien, je,je,je,je.
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