A primera vista podría parecer una historia más de elfos y dragones, y quizás cuando sepamos más de ella en próximas entregas lo sea en realidad, pero por el momento las sensaciones que transmite son más que buenas.
La hemos visto en familia con los niños y es ahí donde creo que está su valor. Puede ser una estupenda semilla para que crezca en ellos el gusto por la fantasía y vayan tomando contacto con todo este mundo que tantas opciones aporta.
Los jóvenes protagonistas emprendiendo un viaje con una importante misión por delante, acompañados de su sapo de luz (una criatura de lo más original), anteponiendo su propósito frente a miedos y peligros, son un gran ejemplo a seguir con unos nobles valores que pueden ser inculcados por medio de esta serie.
Nueve capítulos que saben a poco y que uno a uno y en su conjunto dan ganas de seguir y seguir camino adelante haciéndonos partícipes de esta gran aventura, que por lo que leo en la red, en breve nos deleitará con su segunda temporada, que creo que está al caer.
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