Reconozco que al comenzar
este libro me esperaba una novela ambientada en parajes orientales
como su nombre parece indicar, y nada más alejado de la realidad lo
que me encontré y no por ello dejé de leer...
Una confesión de
experiencias y hábitos de vida probados por Dragó en primera
persona durante sus ya ochenta años de peregrinaje sobre la tierra,
tomando el papel de cobaya humana y compartiéndolos con todo aquel que
quiera seguir su camino y llegar a ser un vejestorio saludable y
activo a pesar del inevitable paso del tiempo. Todo ello aderezado
por anécdotas y comentarios sobre mil asuntos interesantes
acumulados durante años y años de viajes y relaciones de todo tipo.
Recuerdo cuando hace años
comentaba con alguien que veía el programa de Dragó en televisión
y que me gustaba. Creo que se llamaba Negro sobre blanco y
trataba como no, sobre libros. La gente me miraba de forma extraña
porque en su mayoría lo consideraban un espacio aburrido o incluso
infumable. A mí me encantaba, porque además de hablar de libros y escritores, el presentador lanzaba a los
cuatro vientos pistas sobre su modo de vida, esperando que alguien
las atrapara si su atención era atraída, como era mi caso. Hablaba
sobre sus relaciones sexuales al estilo tántrico o de su consumo de
sustancias de todo tipo, unas más legales que otras, pero siempre
buscando la apertura de mente o el mantenimiento o incremento de la
salud.
Ahora que ya paso de la
cuarentena y noto en mi cuerpo los cambios que acompañan el acúmulo
de años, me siento más receptivo a todas estas enseñanzas que
Dragó propone poniendo como ejemplo su buen estado físico y mental
en la ochentena, así que intento llevar algunas de ellas (y siempre
a mi nivel) a la práctica; siendo quizás la más fácil y agradable
su terapia visual antienvejecimiento.
Aparte de esto, y ahora
guiado por mi pasión lectora y escritora y por los temas menos
ortodoxos y convencionales, me encantaría ser invitado en alguna
ocasión a los Encuentros Eleusinos que organiza Dragó en tierras
sorianas; y siento con más fuerza que nunca el propósito de zanjar
la cuenta pendiente que tengo con Gárgoris y Habidis. Espero que
pronto este blog sea testigo de su consecución.
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