Interesante y peculiar reflejo del oeste de los Estados Unidos en los años sesenta, visto a través de un viaje a bordo de un Cadillac Eldorado tan adicto a consumir gasolina como su conductor anfetaminas. Y todo ello para cerrar un círculo abierto en uno de los días más trágicos para el rock and roll primigenio, cuando de una tacada se perdía a tres de sus más grandes intérpretes: Buddy Holly, Ritchie Valens y Big Bopper.
Dejando a un lado las odiosas resacas de un viaje de estas características, sin duda lo mejor de todo el trayecto han sido los distintos personajes, a cada cual más impresionante, que el joven protagonista se va encontrando por el camino. Las más insólitas e increibles situaciones se harán realidad, aunque no sé decir en qué grado distorsionadas por el efecto de las anfetaminas, la falta de descanso y la cerveza fría. Recorrer kilómetros y kilómetros de carreteras solitarias dan mucho tiempo para pensar en uno mismo, en el pasado y en el futuro, si no está muy borroso para verlo o es que simplemente no existe.
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