La continuación del Clan del Oso
Cavernario (ver enlace), comienza recordando la anterior entrega
mientras nuestra protagonista viaja en busca de su destino, siempre
atenta a las señales de su tótem, de cuya interpretación sacará
muchas conclusiones que le ayudarán en su particular diáspora. A
esta historia principal se sumarán otras protagonizadas por otros
personajes que en algún momento confluirán y se convertirán en una
sola.
Si bien el primer libro me agradó notablemente, este segundo se hace excesivamente pesado debido al gran
número de detalles y de descripciones de la vida cotidiana de los
personajes, de sus descubrimientos y de las experiencias que van
encontrando en sus respectivos viajes. En muchas ocasiones, más que
una novela parece un manual de supervivencia o un libro de
instrucciones para la vida en la naturaleza. Sí destaco el valor
iniciático y de aprendizaje que estos viajes conllevan, y si es
cierto que aquellas gentes de hace tanto tiempo los realizaban como
costumbre en su juventud, es una cualidad que no deberíamos olvidar
y seguir llevándola a cabo en nuestros días, ya que son muy
fructíferos en cuanto a adquisición de vivencias y conocimientos.
Otro motivo que conduce al estancamiento de la trama es que el
ansiado y siempre latente encuentro entre personajes se va demorando
y demorando, lo cual hace que el ritmo disminuya y se vea
interrumpido de forma constante por
otros acontecimientos paralelos.
Bien es cierto que una vez que se acerca el encuentro, la trama
renace y los giros y cambios se multiplican dándole otro valor al
libro, aunque quizás sea ya tarde para muchos lectores que hayan
abandonando la lectura como fue mi caso pese a retomarla más tarde.
Otros valores positivos que podemos destacar son las muestras de
choque cultural entre distintos grupos de humanos cuando se reúnen,
y la fragilidad humana frente a las fuerzas de la naturaleza, donde
cualquier fallo o exceso de confianza puede resultar fatal.
Este libro tiene ya unos años y
desconozco si en el momento de su publicación hubo tanto revuelo
como en la época actual con libros tipo Cincuenta Sombras y
similares (que no he leído ni leeré) por su alto contenido sexual,
porque sobre todo al final de esta historia la sexualidad y sus
experiencias toman un protagonismo nada despreciable.
En cuanto al experimento de lectura
conjunta con Mrs. Gibson realizado durante el primer libro, destacar
que en este segundo fue un fracaso porque un servidor abandonó la
lectura en el periodo de estancamiento que comentaba antes y que me
costó mucho retomar. Dudo que por el momento volvamos a plantearlo
porque ninguno de los dos leeremos la tercera parte en las próximas
fechas debido a diversos motivos que pronto conoceréis.
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