Esta tarde, tocando (o atronando) con los amiguetes, he tenido la oportunidad de ver el Theremin en acción por primera vez en mi vida. Había oído hablar de él, porque el amigo Antonio tenía uno (él es precisamente el que lo ha llevado) pero la verdad es que no entendía muy bien en que consistía.
Parece una caja de madera con dos antenas y unos cuantos botones, aparte de unos cuantos pedales de efectos. Según se acercan las manos a las antenas van surgiendo sonidos de lo más variado. A veces parecía que había alguien hablando o cantando, otras se asemejaba a una guitarra con un pedal wah-wah y otras me ha parecido un estanque de ranas. La verdad es que ha sido una experiencia bastante creativa para borrar una parte más de mi ignorancia musical.
3 comentarios:
Se comenta que lo allí escuchado fue histórico...
De no repetirse. Pura cacofonía y rebote sónico.
No se puede pedir más a cuatro metros cuadrados.
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