No son muy asiduas mis visitas al cine, pero esta ocasión cabe reseñarla porque era especial para la familia. Se trataba de la primera sesión cinematográfica para uno de los pequeños de la casa y la elegida fue Big Hero 6. En casa sí que había visto alguna película de larga duración y al ver que ya iba aguantando sin perder la paciencia, nos decidimos a aprovechar las vacaciones navideñas para llevar a cabo este bautismo.
Y fue un éxito. Con la sala a rebosar de público infantil, padres acompañantes y algún que otro infiltrado, el ambiente no podía ser mejor. Tras superar las primeras bocas abiertas de asombro al ver la pantalla gigante y visionar el entrañable corto "Buenas Migas" para abrir boca, el resto fue todo diversión y emociones.
La película no sólo gustó a los pequeños, sino que también los mayores fuimos partícipes del buen rato. El abrazable y achuchable robot tipo muñeco de nieve Baymax nos conquistó pronto. Tocó nuestra fibra sensible al compartir con él tareas de nuestra profesión, que vistas desde otro punto de vista nos hicieron sentirnos mejor y un poco más orgullosos de la labor que realizamos a diario en condiciones menos divertidas. Además, el resto de personajes humanos que acompañan al protagonista, muestran y ensalzan una serie de valores más que recomendables para nuestra maltrecha sociedad.
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