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viernes, 27 de diciembre de 2013

El Hobbit 2: La desolación de Smaug

Un añito de espera para continuar la road movie de estilo fantástico donde un grupo de enanos y un par de famosos ayudantes van en busca de su montaña perdida y de todo el oro y riquezas que contiene. Y bien ha merecido la pena porque me he dejado llevar por todos los increíbles escenarios, trepidantes secuencias y variopintos personajes para pasar un largo y agradable rato.
Pensaba que habría un pequeño resumen para recordar a los más olvidadizos lo ocurrido en la primera parte pero no ha sido así. La acción comienza de inmediato y sin pausas de principio a final, pasando por algún pasaje que se podría hacer algo largo pero que se compensa con otros aderezos. Y para no destapar mucho la trama, destacaré lo que más me ha gustado sin darle mucho a la tecla y de forma individualizada para que no se establezcan muchas relaciones:
Igual que en la primera parte, los viajes privados de Gandalf que en el libro quedan vacíos, se muestran aquí de forma clara con el claro objetivo de enlazar con lo que vendrá en la trama del Señor de los Anillos; unos cuantos elfos famosos se unen a la cuadrilla para darle más aliciente y largura a la narración; pero sin duda lo que más me ha llamado la atención ha sido la secuencia de los barriles que es alucinante, no da tiempo apenas de fijarse en todos los detalles que se muestran mientras los enanos están en remojo; y lo máximo ha sido la voz del dragón Smaug, melosa y cautivadora, tan pronto somos una presa esperando que nos devore como mantenemos con él la más interesante de las conversaciones.
Y ahora a esperar otro añito para deleitarnos con el capítulo final de la serie. Unos dirán que se ha alargado artificialmente en demasía el libro original de Tolkien, y aunque es la pura verdad, se ha hecho de una manera magistral y tiene todos mis parabienes para volverlo a hacer en la próxima entrega.

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