Esta cerveza artesanal de la Comunidad
Valenciana ha llegado a mis manos gracias al Señor FAM, al que
agradezco enormemente este detalle. Sabéis de sobra lo que me
agradan estas experiencias gastronómicas, así que espero que sigan
produciéndose de vez en cuando.
Destaca de esta cerveza la cantidad de
gas que desprende al ser servida, tanto en el vaso como en la
producción de espuma espesa y duradera. Posee el color de una rubia
tirando un poco a oscura y una ligera turbidez. Su aroma nos recuerda
al de una sidrería, y al probarla también el sabor tira hacia la
sidra. Sin embargo, todo el gas que veíamos al servirla no es tan
patente en el paladar.
Al ser una cerveza natural que fermenta en la
botella, quizás necesite de otra cata para comprobar si esa
tendencia hacia la sidra es debida a un exceso de fermentación o es
propia de la cerveza, así que habrá que esperar a otro encuentro
con ella para sacar conclusiones más exactas.
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