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martes, 18 de diciembre de 2012

Tras los pasos de los... Piratas de Thierry Aprile y François Place.

Después de tratar a los vikingos y al Rey Arturo, se unen ahora al club los piratas. Un tema que me apasiona y al que le estoy dando un buen empujón últimamente y que tendréis ocasión de comprobar en fechas futuras.
Tomando como guía para la narración la vida del pirata francés Alexandre-Olivier Exquemelin, conoceremos la sociedad tanto europea como en el Nuevo Mundo durante el siglo XVII, y que fue el germen de que naciera lo que conocemos por piratería. Se dieron una serie de circunstancias como la pobreza, las guerras de religión o la necesidad de un lugar de huida en Europa, acompañado de unos intereses comerciales y prácticas abusivas en el Nuevo Mundo que forzaron a muchos a lanzarse a la vida pirata bien como única alternativa de supervivencia, bien como forma de enriquecerse con rapidez o simplemente para vivir fuera de las normas establecidas.
Aparecen los tópicos conocidos por todos en escenarios tan famosos del mar Caribe como la Isla de la Tortuga, donde profesiones como la de bucanero o filibustero pronto se confundirán bajo el término pirata. Las diferencias entre el viejo continente y las nuevas tierras americanas en cuestiones como el clima o la fauna, con la aparición de nuevas especies de mosquitos, serpientes o tiburones, y enfermedades como el paludismo, el escorbuto o la disentería harán mella en los colonos que se atreven a aventurarse en el nuevo territorio. Colonos que en su mayoría son de la peor calaña, despojos expulsados de la sociedad europea que buscan un nuevo porvenir al otro lado del océano.
Pero quizás lo que más destaca de estas gentes es su código de convivencia, una auténtica democracia donde los repartos de los botines se hacen por igual, donde se remunera a los heridos e inválidos como si fuera la Seguridad Social o donde se castiga la cobardía con un paseo sobre la tabla o ser abandonado en una isla desierta. Una vida atrayente para muchos con la pega de encontrarse con la horca si se es capturado, una vida llena de altibajos donde se es rico un día y pobre de nuevo al siguiente, donde el ron es tan importante como la propia sangre que corre por las venas y donde la pregunta ¿para qué quiere un muerto monedas? toma total sentido. Mejor me lo gasto todo hoy jugando a los dados, en mujeres y sobre todo en ron, porque quién sabe si mañana no estaré muerto.
Un libro plagado de buenas ilustraciones, mapas y fotografías que hacen muy amena su lectura (no olvidemos que está enfocada a público juvenil), con un apartado especial para piratas famosos como Barbanegra, El Olonés, Henry Morgan, el Caballero de Grammont o Mary Read. Después de leerlo en tiempo record, sólo me queda decir ¡Al abordaje!

3 comentarios:

  1. Sí que es un tema apasionante, la verdad. A ver si localizo un buen divulgativo sobre piratas; este parece estar bien para sentar las bases.

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  2. Hoy mismo vi Piratas del Caribe 4...bueno, se puede ver. ¡¡Rumbo a Tortugaaaaa!!

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  3. Como primer paso no está mal, pero se queda uno con ganas de más. Un aperitivo pirata, vamos.
    Piratas 4 no la he visto, pero he oído malas críticas sobre ella. De todas formas, algún día la veré.

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