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viernes, 28 de diciembre de 2012

El Hobbit: Un viaje inesperado.

Pocas veces se dice que una película sea mejor que el libro en que se basan, pero según mi opinión, este es el caso que nos ocupa. Después de tener fresco en la memoria el contenido de la obra impresa, un temor va creciendo mientras fotograma a fotograma observamos que no todo lo que vemos se corresponde con lo leído. En un primer momento me choca porque tenía como referencia la fidelidad mostrada en la versión cinematográfica del Señor de los Anillos, donde casi literalmente imagen y letra se correspondían. Sin embargo, ese temor creciente fue menguando según avanzaba la película y me fui convenciendo de que era un complemento perfecto a la historia ya conocida de la epopeya de Bilbo Bolsón y compañía. A partir de este punto, quizás se me vaya un poco la lengua como al squire Trelawney, así que depende de tí si quieres seguir leyendo o no.
Como expliqué en mi entrada sobre el libro (ver enlace), tenía mis dudas de cómo serían capaces de hacer tres películas de un libro tan pequeño. Suponía que darían cancha a los detalles que en el libro eran simplemente nombrados y dejados en el tintero, y así fue y mucho más. Dentro de estos complementos conoceremos cómo el dragón Smaug se apoderó del tesoro de los enanos, por qué llaman a Thorin Escudo de Roble y las cuentas pendientes que tiene con los orcos, en especial con su jefe Azog, así como el origen de la enemistad con los elfos, además de vivir in situ una alucinante batalla de gigantes de piedra. Sabremos más del mago Radagast el Pardo, de su curiosa vida en el bosque, del descubrimiento del oscuro poder del Nigromante y de las nefastas consecuencias que tendrá en el futuro. Todos ellos detalles que quizás ni siquiera Tolkien atisbaba cuando escribió el libro y que imaginó años después, ahora se utilizan en la película.
Se han cambiado las transiciones entre escena y escena para darle más ritmo y sentido a la historia, que ha perdido todo el sentido de cuento infantil que pudo tener en el momento de su creación. Los escenarios son grandiosos y ponen los pelos de punta, con una sensación vertiginosa cuando visitamos el interior de la montaña de los enanos o el reino subterráneo del rey Trasgo, que por cierto me ha encantado. Sensacional la actuación de Gollum en el pasaje de las adivinanzas, su doble personalidad no podría haber sido descrita mejor.
Ahora sólo queda esperar un añito para ver la segunda parte. Despejadas ya las dudas de cómo completarán el metraje y con tan buen sabor de boca en el recuerdo, deseo que los más puristas no se hayan sentido decepcionados con las añadiduras y recortes de la historia original. Por mi parte no sabéis cómo me gustaría poder asistir a un banquete con los enanos para comer, beber cerveza y cantar muchas canciones. Algún día quizás...

3 comentarios:

  1. Iba a ir a verla esta tarde pero casi mejor voy a esperar a que terminen las vacaciones escolares no sea que me encuentre con un ejército de "hobbits" que todavía no han vuelto a clase y me estropeen la película con los aplausos ; )

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  2. Tengo entradas para verla mañana por la noche, así que me espero de momento a leer tu artículo, aunque supongo que poco puedo destriparme después de haber releído la novela ya.

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  3. Has hecho bien en no leerlo porque sí hay cosas que destripar.

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