Tras haber leído el primer libro bajo la plataforma Kindle, ya estoy en disposición de relatar mis experiencias y conclusiones después de esta primera experiencia libro-electrónica.
En cuanto a la comodidad y funcionalidad del uso, decir que, aunque no lo he sacado de casa porque todavía no tengo una funda protectora, su pequeño tamaño y ligereza lo hacen perfecto para ser llevado a cualquier parte. Cabe en cualquier bolso o carpeta, incluso cabría en bolsillos de abrigos un poco grandes. Como digo sólo habría que preocuparse de proteger su pantalla.
La primera impresión al ver su pantalla es que quizá sea un poco pequeña, pero comparándola con las páginas de un libro físico de tamaño medio son bastante similares. Además no hay ningún problema de visibilidad porque se puede configurar el tamaño de fuente al gusto del lector sin mayor problema. La pantalla no tiene brillo ni emite reflejos por lo que nuestra vista está a salvo de malestares y cansancios.
Y ya embarcados en la lectura reconocemos ciertos errores tipográficos, que no ortográficos, debidos supongo al proceso de digitalización del libro y que no suponen ningún contratiempo. Quizás el mayor inconveniente encontrado es una cierta desorientación al faltar el soporte físico del libro al que llevamos acostumbrados de por vida. Nos falta esa referencia visual y táctil de ver en qué lugar nos encontramos y cuanto nos queda de lectura. Para evitar esto, el Kindle incorpora un sistema que poco a poco nos va poniendo en nuestro sitio y que consiste en una barra de porcentaje en la parte inferior de la pantalla. Nos indica con número el tanto por ciento que llevamos leído en total, acompañado de una barra similar a la de descargas de internet, que se va llenando según avanzamos en la lectura y que nos indica visualmente cuanto nos queda por leer. También existe sobre esa barra un pequeño triángulo invertido que nos indica donde empezó la lectura del día en curso, para ver lo que leemos por sesión. Hoy he descubierto que en el índice de libros cargados, debajo de cada uno hay una linea de puntos que nos indica el tamaño total del libro.
Lo que no veo práctico, aunque quizás exista una forma de hacerlo que desconozco por el momento, es la manera de moverse por el libro sin tener que hacerlo página a página. Esto sería muy útil en el caso de libros con glosarios finales o notas que consultar.
En cuanto a la batería, dura muchísimo, calculo que puede llegar incluso a semanas con un uso medio y continuado. Todavía no puedo detallarlo con exactitud, lo que sí sé es que si se cancela la conexión wifi durá mucho más. Y la memoria de 2 GB que podría parecer pequeña porque la utilizable se queda en 1 GB y poco, no hay problema ya que los libros ocupan poquísimo y caben un montón, además que se pueden mover y borrar con facilidad.
Resumiendo, la experiencia ha sido plenamente satisfactoria hasta el momento y seguiremos trabajando con él, aprovechando sus ventajas entre las que encuentro principalmente el tener acceso a ejemplares que si no fuera por el formato digital no tendría a mi alcance. Eso sí, sin renunciar a nuestros queridos libros de toda la vida, cuyas páginas seguiré pasando y tocando en el futuro.