Gracias a este libro he podido recordar los entrañables momentos nocturnos que pasé en compañía del gran Juan Antonio Cebrián. Es curioso lo que puede dar de sí la memoria, ya que leyendo sus páginas han aflorado episodios y gentes que creía perdidos pero que estaban ahí, y tirando del hilo se ha desenvuelto una madeja cargada de grandes recuerdos.
He conocido aspectos de su vida privada que me han hecho ver que estaba en lo cierto, que se trataba de un gran hombre que llevó hasta el límite la pasión por su trabajo, no exento de dificultades y contratiempos. Y como siempre tras recordar al gran Cebri, me queda el sabor amargo de una cuenta pendiente, de una deuda que espero algún día poder saldar. Le debo tanto conocimiento, tantos campos nuevos que abrió para mi interés, que me veo en la responsabilidad de devolvérselo de alguna manera, como una paga al maestro por las clases que impartió y que de tanto me sirvieron.
Ya nunca podré quitarme la espina de poder haberlo conocido personalmente, pero me quedo con el consuelo del tiempo compartido y del saber acumulado. Fuerza y Honor Juan Antonio, sigues vivo en nuestra memoria.
5 comentarios:
Siempre puedes pagar tu deuda con horas de sueño siguiendo La Rosa de los Vientos con Bruno Cardeñosa. No es como con Cebrian, pero los contenidos siguen siendo igual de buenos.
Aunque hacía bastante que no comentaba, te sigo "leyendo en silencio".
Salu2
Saludos Rodrigo.
Como ves el ritmo del blog ha decaído considerablemente, pero es por buenas razones.
Me alegro de saludarte de nuevo.
Son ya unas cuantas personas a las que he oído hablar maravillas de aquella época junto a la radio de Cebrián. Sospecho que habría conectado inmediatamente con sus inquietudes: ciencia, aventureros, personajes ilustres; lo desconocido y la curiosidad como búsqueda de conocimiento. Sólo escuché de forma casual un par de veces su programa pero él ya no estaba.
En realidad nunca he sido de transistor, salvo antaño, cuando me metía mi dosis de futbol dominguero vía Super-García, como un yonki colgado de los auriculares. Pero de eso ya hace mucho tiempo, ahora nos tienen achicharrados con tanta información deportiva.
ay amigo, yo tambien soy rosaventero, y gracias a Cebrian, al que seguia desde turno de noche, sacie mi hambre de historia, el dia que hoy que habia muerto fue como perder alguien cercano,pues llevaba junto a mi cada noche muchisimo tiempo. Aun sigo el programa, Bruno lo hace muy bien, y sigue poniendo los relatos de Cebrian
Yo escuché a Cebri desde "Turno de noche" como buen radioadicto que siempre he sido."La rosa de los vientos" no es lo mismo sin él, qué duda cabe, pero Bruno Cardeñosa al menos mantiene el formato y a veces hay temas muy interesantes.
Por cierto muchos saludos a ti y a Mrs. Gibson y cómo no a Gibson Jr.
Un abrazo pa tós.
Jésus
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