El pistolero persiguiendo al hombre de negro y pocos datos más. A partir de aquí le toca al lector exprimirse los sesos a ver qué saca en limpio, atando cabos con los escasos e inconexos indicios que el autor lanza para entender la trama. Personalmente me gustan estos juegos aunque son peligrosos y en cierta medida pueden conseguir el efecto contrario al deseado. En lugar de servir de acicate para enganchar al lector con la historia, pueden hacer que éste cierre el libro y lo lance bien lejos, abandonando su lectura definitivamente. Quizá se trate de una criba para que sólo los lectores realmente interesados sigan adelante, cosa que sólo está al alcance de escritores consagrados, como es el caso. En mi opinión, las dudas espacio-temporales que plantea son tan grandes que quizá sea necesaria una ayuda externa, con el peligro de que sea excesiva y destape elementos de la trama que no deberían salir aún a la luz. Por ahora yo renuncio a esa ayuda, pero todavía me estoy pensando seguir leyendo la serie.
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