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lunes, 4 de noviembre de 2013

Maneras de vivir: Leño y el origen del Rock Urbano, Biografía Oral por Kike Babas y Kike Turrón

Coincidiendo con la salida del último disco de Rosendo ha llegado a mis manos (vía biblioteca) esta magnífica edición sobre Leño, banda donde el madrileño se forjó un lugar para la posteridad en la historia del rock. Y digo magnífica porque es una edición de lujo con tapa dura a todo color con multitud de fotografías, y añado original por su diseño al viejo estilo de las cintas cassettes que tanta vidilla nos dieron hace no tantos años.
Y no sólo es interesante por tratar la historia de Leño, sino que lleva asociada de forma inherente e inseparable la historia del naciente rock en nuestro país, que por aquellos finales de los setenta y principios de los ochenta estaba más que verde. Aunque anteriormente había habido bandas en el país, el freno impuesto por la dictadura había impedido que eclosionara una corriente multitudinaria como la sucedida años antes en otros países como Inglaterra o los Estados Unidos. Lo cierto es que llegado el momento, el rock explotó y unos supieron manejarlo mejor que otros.
Leño antes
Catalogados como rock urbano, Leño siempre estuvo a medio camino entre los primeros grupos tipo Asfalto o Topo más sinfónicos, y el germen de lo que luego serían grandes bandas del Heavy Metal como Barón Rojo o Obús, situación que se acentuó aún más al nacer la movida madrileña y todos los grupos “modernos” que aquello trajo. Los propios Leño siempre dijeron que ellos eran sólo rock and roll y bien de acuerdo estamos.
Leño nació de la unión de un incipiente guitarrista fan de Rory Gallagher que escapó en estampida de la banda Ñu, huyendo de las desavenencias con su cantante y flautista José Carlos Molina (todo un personaje), con Tony Urbano y Ramiro Penas, dos catalanes emigrados a la capital. Horas y horas de curro en el local de ensayo fueron dando forma a una pedazo de banda que por haber surgido en aquellos años tuvo que pagar el pato y numerosas novatadas que al final significaron su final. La compañía discográfica los sangró todo lo que pudo y más, llegando incluso a registrar su nombre sin su consentimiento y un millar de tropelías más que casi mataron de hambre a unos músicos que ganaban en fama pero que eran mantenidos en buena parte por sus comprensivas parejas. Los medios tampoco ayudaron mucho salvo contadas ocasiones como la de nuestro admirado Paco Pérez Brian, que por aquel entonces hacía sus primeros pinitos en la radio con el programa El Búho, o la del incombustible locutor radiofónico “El Pirata” que también arrimó el hombro en la revista Heavy Rock.
Leño después
Esta bien denominada biografía oral narra con todo detalle los pocos años que duró la banda a través de los testimonios de multitud de personajes que tuvieron relación con la banda: músicos, empleados de las discográficas, periodistas... Es curioso ver como muchas veces entre ellos mismos se contradicen al narrar los mismos hechos, al haberlos vivido cada uno de una manera diferente. Curiosidades y anécdotas hay muchas, me quedo con la grabación en Londres de su disco Corre, corre, donde Rosendo tuvo ocasión de coincidir con su héroe e ídolo de la guitarra Rory Gallagher, aunque su timidez impidiera que el encuentro fuera más fructífero; la ardua tarea de creación de las letras por parte de Rosendo, intentando siempre que hubiera algún significado más allá de la rima o los peligrosos escarceos con las drogas que en aquella época estaban también en su apogeo.
Los Kikes y su obra
Al final del libro los autores narran como crearon el libro, labor muy interesante y costosa llevada a cabo muchas veces en contra del reloj porque algunos de los protagonistas iban pasando a mejor vida o porque otros eran imposibles de localizar. Se suele decir “de tal palo tal astilla”, pues este leño dio muchas astillas en forma de futuros músicos que vieron sus directos cuando eran chavales, quedando marcados e influidos en la música que posteriormente harían con sus bandas. Leño, una banda de rock auténtica sin más, y como bien decía El Pirata: “Leño pa siempre”.

3 comentarios:

  1. Cómo mola la edición, no? voy a tomar nota e igual ya tengo regalo para Reyes, ja, ja!

    Importante, como tú dices, no sólo por saber más de Leño sino por conocer la época en que el rock nacional comenzaba a andar.

    Salud Mr. Gibson!

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  2. La verdad es que se lo han currado mucho tanto en contenido como en continente. Muy recomendable.

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  3. A ver si en la nueva edicion se lo han currado. Por que en las letras de [Mas Madera] faltaban algunas letras de canciones y a ver si han econtrado la entrevista a la mujer de Rosendo

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Aprieta la tecla, que no da calambre.