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miércoles, 23 de enero de 2013

Un monstruo viene a verme de Patrick Ness.

Antes de comenzar, recordar a La Espada en la Tinta, ya que gracias a ellos (y a la diosa fortuna) he tenido la oportunidad de leer esta obra.
Destacar la gran edición de este pequeño libro, con una maquetación muy atractiva con numerosas ilustraciones y márgenes que se funden con la escritura en una simbiosis perfecta. La verdad es que el libro entra por los ojos y no se puede resistir la ocasión de comenzar a leerlo o por lo menos ojearlo con agrado.
La lectura no puede comenzar de mejor forma, porque leo la primera frase: “El monstruo apareció pasadas las doce de la noche. Como hacen todos los monstruos”, y me pongo a mirar el reloj a ver qué hora es no vaya a ser que el monstruo también haya venido a mi casa. Después, y según van pasando las páginas, la sensación de estar descolocado me invade, y es que lo que creía que iba a encontrar en el libro no está. Es un contenedor de varias historias dentro de una mayor, con una temática totalmente diferente a lo que me esperaba por el título y las ilustraciones y que no es lo que busco ni me gusta. Acabo el libro y me siento desencantado. Me quedo con una frase a mitad de la obra: “No siempre hay un bueno. Ni siempre hay un malo. Casi todo el mundo está en un punto intermedio.”
No voy a criticar el libro porque haya jugado al despiste conmigo. Ese título, esas ilustraciones de Jim Kay tan oscuras que parece que casi no permiten detalle pero que sí lo hacen, ese tejo plantado en mitad del cementerio... Todo prometía llegar a otro lugar y sin embargo ha sido un viaje por una carretera equivocada.
Como curiosidad reseñar el origen del relato, escrito por Patrick Ness pero basado en una idea o unas notas de Siobhan Dowd, escritora que falleció prematuramente de cáncer. Quizá aquí está el quid de la cuestión.

1 comentario:

  1. Buena reseña =)
    Tengo muchas ganas de leerlo, a ver cuándo cae por casa...

    Besotes

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