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viernes, 28 de septiembre de 2012

Crónicas Surferas: Día 3 y 4.

Lo que iba a ser el Gran Miércoles para unos confiados, altivos e inexpertos surfers se convirtió en una dolorosa vuelta a la realidad. El mar nos puso en nuestro sitio bajándonos los humos. El viento revolvía el mar y abundaban las olas pequeñas y sin fuerza para llevarnos. Además costaba mucho volver a entrar al mar y la corriente era fuerte y nos arrastraba hacia las cercanas rocas, por lo que nos tocó remar más de lo calculado en un principio con la consiguiente pérdida de fuerzas.
Pese a todo, conseguimos ponernos de rodillas e incluso en alguna ocasión poner un pie sobre la tabla. Con rapidez el agotamiento hace mella en nosotros, pero las ganas pueden y luchas por coger una ola más, aunque al final acabes comiéndotela de pico y tragando más y más agua. La remada inicial de entrada al agua fue demoledora para mi. Yo remaba y remaba pero la tabla no avanzaba, lo que hizo que en algún momento viera peligrar mi salud y mi integridad, con un calambre en mi pierna derecha que puso la guinda al pastel.
El futuro del Surf











El continuo movimiento del mar fue una prueba de fuego para acabar de dominar el equilibrio sobre la tabla, ya fuera tumbado como sentado. Y así acabó el día, con las orejas gachas, un montón de agujetas y alguna que otra magulladura en nuestros cuerpos.
El día 4 no pude acudir al curso por una contingencia familiar, pero por lo que contaron mis compañeros fue un día idéntico al 3: mucho viento, el mar en continuo movimiento y más cansancio y desánimo sobre nuestros maltrechos cuerpos, aunque las ganas de seguir adelante no desaparecieron en ningún momento.

2 comentarios:

  1. Está claro amigo, nadie dijo que fuera fácil. De todos modos tengo confianza en que en estos episodios vas a coger alguna ola ; )

    Saludos Mr.

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  2. Aquí ya se olía la mieditis de acabar el curso sin coger ni una ola...

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Aprieta la tecla, que no da calambre.