Sin apenas tiempo para olvidar la tercera parte, ya ha caído en mis manos la cuarta entrega, agradeciendo al amigo Jolan que me revelara su existencia.
Empezamos bien, pues la portada ya es alentadora: Blacksad hundiéndose inconsciente en las aguas del puerto de Nueva Orleans. Abrimos el libro y en la primera página nos sorprende de nuevo un inquietante personaje disfrazado de macho cabrío manejando sustancias venenosas. Tercera página y Blacksad nos define el infierno: "Un lugar sin amigos, sin música. Sin palabras que estimulen la imaginación ni belleza que exalte los sentidos..." Sé que no voy a parar de leer por nada del mundo.
Esta vez tenemos como escenario la vital ciudad de Nueva Orleans, cargada de música y ambiente festivo por la celebración del Mardi Gras. Aquí nos encontramos nuevos personajes antropomorfos elegidos con gran atención. ¿Y quién mejor si no para encarnar los papeles de traficantes de heroína que un camello y un caballo?
De nuevo nos encontramos con un brillante guión que nos lleva de aquí para allá hasta el mismisimo final. Final del episodio sí, pero no de la serie, puesto que el marinero y las sirenas de la última cubierta interior nos dicen de forma sutil que esto sigue. ¡Bien!
Reproduzco a continuación los dos temas que forman la banda sonora del tomo, consolando al amigo Weekly y dándole ánimos porque estoy seguro que su oportunidad llegará algún día no muy lejano.
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