Ante la continua incapacidad de la clase dirigente para aplicar una de las múltiples soluciones posibles al asunto de los derechos en internet, optan por hacerlo al estilo órdago y aprovechar la oportunidad para intentar imponer su control sobre el flujo constante de información en la red.
Poniendo como excusa la defensa del autor anteponen el afán recaudatorio a la difusión cultural. Y todo porque se niegan a evolucionar su industria para no perder tajada. No se dan cuenta de que hemos pasado de la cinta cassette y el vinilo al cd, del VHS al DVD y en breve pasaremos del papel al libro electrónico. Aprovechen las infinitas posibilidades que ofrece internet y la tecnología digital y no encadenen y pongan freno al intercambio cultural. Castiguen al que se lucra ilegalmente pero no se metan con la mayoría de usuarios que también son en cierta medida autores, pero de menor tamaño y repercusión social y dejen que expresen sus ideas y pensamientos como hago yo en este momento.
Me adhiero al manifiesto "En defensa de los derechos fundamentales en internet" convencido de que hago lo correcto y harto de ineptudes políticas que pagamos como siempre los ciudadanos de a pie.
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