No me gusta hacer esto, pero hoy no me queda más remedio. Voy a contar el final de esta película porque es necesario para expresar mi opinión sobre ella. Así que si no la has visto y no quieres saber como termina, deja de leer esta entrada ahora mismo. Si quieres conocer mi punto de vista sigue.
La búsqueda de la felicidad, que misión más subjetiva e individual. El brillante joven Christopher McCandless lo dejó todo para cumplir su sueño: un prometedor futuro, una familia no perfecta pero que le quería... y se dedicó a recorrer América en un viaje lleno de experiencias, conocimientos y nuevas amistades que también abandonó.
Todo para llegar a Alaska, un lugar salvaje donde vivir solamente acompañado de la naturaleza. Fue duro pero se fue apañando y allí se encontró a si mismo. Se dio cuenta de que el ser humano es un ente sociable y empezó a echar de menos a su familia y a sus amigos. Descubrió que le querían y los necesitaba. No eran tan malos como pensaba, simplemente eran humanos. Pero la naturaleza no le dejó volver, se puso en su contra y le cortó el camino de regreso y después lo envenenó con una planta traidora. Se cobró su precio por el atrevimiento de un simple mortal que la desafiaba. Allí quedó, dejando un diario que nos contó su historia para ejemplo de la humanidad.
Cómo es el hombre. A veces se le mete una idea en la cabeza y se obceca en llevarla a cabo aunque sea una estupidez, ya sea por orgullo o simple cabezonería. Y a veces cuando se da cuenta de su error, ya es demasiado tarde para volver atras. Una pena, porque esto sigue ocurriendo, y que tire la primera piedra el que esté libre de culpa. Tantos años de evolución y todavía somos unos animales con muy poco cerebro. En fin, sigamos nuestra interminable búsqueda de piedras donde tropezar.
Todo para llegar a Alaska, un lugar salvaje donde vivir solamente acompañado de la naturaleza. Fue duro pero se fue apañando y allí se encontró a si mismo. Se dio cuenta de que el ser humano es un ente sociable y empezó a echar de menos a su familia y a sus amigos. Descubrió que le querían y los necesitaba. No eran tan malos como pensaba, simplemente eran humanos. Pero la naturaleza no le dejó volver, se puso en su contra y le cortó el camino de regreso y después lo envenenó con una planta traidora. Se cobró su precio por el atrevimiento de un simple mortal que la desafiaba. Allí quedó, dejando un diario que nos contó su historia para ejemplo de la humanidad.
Cómo es el hombre. A veces se le mete una idea en la cabeza y se obceca en llevarla a cabo aunque sea una estupidez, ya sea por orgullo o simple cabezonería. Y a veces cuando se da cuenta de su error, ya es demasiado tarde para volver atras. Una pena, porque esto sigue ocurriendo, y que tire la primera piedra el que esté libre de culpa. Tantos años de evolución y todavía somos unos animales con muy poco cerebro. En fin, sigamos nuestra interminable búsqueda de piedras donde tropezar.
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