Cuando hace mucho calor en la ciudad, el ser humano busca sus raíces. Remueve sus instintos hasta que encuentra una solución al caluroso estío.
Una solución es coger la carretera hacia el campo y retomar la unión con la madre tierra. Uniendo lazos con la naturaleza debajo de una sombra o bebiendo agua de un arroyo, oyendo cantar a los pájaros u observando como se escabulle un conejo entre la maleza.
Este es mi objetivo hoy: abandonar el asfalto, ponerme la gorra y buscar el camino rural que me lleva a mi pasado de recolector-agricultor e incluso cazador.
Este es mi objetivo hoy: abandonar el asfalto, ponerme la gorra y buscar el camino rural que me lleva a mi pasado de recolector-agricultor e incluso cazador.
Let´s go man, take the country road!
El regreso al campo... yo me lo planteo día sí, día también, aunque despues de cavar unos cuantos frutales mi lomo afirma que los urbanitas tenemos un tanto idealizada la vida en naturaleza. Eso sí, qué buena sensación la de pisar la hierba descalzo, respirar aire puro, ver el horizonte, olvidar el asfalto, los (malos) humos y el yugo tecnológico.
ResponderEliminarAbracen un árbol de vez en cuando.