Era el segundo día que pasaba en España y una sonrisa llenaba su rostro pálido al salir al escenario. Se notaba que estaba en su salsa, rodeado de árduos seguidores ansiosos de entonar sus himnos.
Curioso escenario el del Teatro Axerquía, construido como un anfiteatro romano pero con materiales modernos, permitiendo una buena visibilidad sin agobios pese a estar colgado el cartel de todo vendido. Hacía calor aunque eran las diez y media de la noche, porque a la temperatura propia del verano había que sumar el de los tres mil seguidores que allí se reunieron. Y comenzó el espectáculo y la sonrisa de John se hizo aún más amplia si cabe, al ver como aquella banda de españolitos se sabía sus canciones o por lo menos las tarareaba a su estilo. Acompañado por una gran banda de músicos, Fogerty nos mostró una gran colección de guitarras, cambiándolas en cada canción. Varias Les Paul de múltiples colores, varias acústicas tambíen, una con forma de bate de beisbol, una rugiente y enorme National (eso creemos) que utilizó en el tema Working on a building, y otras más que no sé cuales eran. Se echó en falta alguna Strato o Telecaster en el show.
Y así pasó la noche, cantando, bailando y disfrutando que era de lo que se trataba. Saboreando la suerte de poder haber visto en directo a uno de los grandes del rock, que para los años que tiene se conserva muy bien. Surgió alguna discursión sobre algún retoque estético en su cuerpo, pero daba igual, viéndolo recorrer el escenario como un colegial el último dia de clase era suficiente premio para nuestra vista y oídos.
Hasta la próxima John, porque estoy seguro que volverás por la península a pasártelo tan bien como nosotros.
Y así pasó la noche, cantando, bailando y disfrutando que era de lo que se trataba. Saboreando la suerte de poder haber visto en directo a uno de los grandes del rock, que para los años que tiene se conserva muy bien. Surgió alguna discursión sobre algún retoque estético en su cuerpo, pero daba igual, viéndolo recorrer el escenario como un colegial el último dia de clase era suficiente premio para nuestra vista y oídos.
Hasta la próxima John, porque estoy seguro que volverás por la península a pasártelo tan bien como nosotros.
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