Estaba al caer y Guardiola quería que fuera para uno de sus delanteros. Probabilidades había para tres: Eto'o, Henry y Messi que acaparan la mayor parte de los goles del equipo.
Fue en un mal partido en Santander, Messi no era ni titular. Las cosas no funcionaban, el marcador estaba en contra y algo tenía que pasar. Y salió el y tras unos minutos cayó el gol 5000, y no solo eso, un poco después venía el 5001 y ganaba el partido. "Que grande eres pibe" volvimos a gritar. Y lo mejor de todo es que lo mejor está por venir.
San Messi se oye ya comentar por los pasillos del Vaticano, ya no es solo la mano de Dios, sino el cuerpo entero es divino.
San Messi se oye ya comentar por los pasillos del Vaticano, ya no es solo la mano de Dios, sino el cuerpo entero es divino.
Ya veremos lo que dura....Hace bien poco fue Ronaldinho y del amor al odio, un paso tú.
ResponderEliminarQue os dure mucho.
Messi es el elegido
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