El miedo.

No lo niegues, tienes miedo. Todos tenemos miedo. Ni siquiera los antiguos vikingos que alardeaban de valentía estaban libres de pecado, temían que se les cayera el cielo sobre sus cabezas.

Hay quien vive atemorizado presa de multiples temores, los más afortunados que podríamos llamar valientes tienen al menos uno. Siempre nos acompaña, se aleja de nosotros cuando estamos en compañía de amigos o entretenidos en distintos quehaceres, pero cuando nos quedamos solos se acerca y nos toca con su frío dedo. Te acecha y cuando estamos desprevenidos e indefensos te ataca con crueldad haciendote sentir el más insignificante de los mortales.
Conoce tus miedos, mantenlos apartados y al margen de tu vida, pero ten cuidado en esos momentos de debilidad porque no dudaran en acercarse y hacerte pasar un rato cuanto menos inquietante.