Sólo dos minutos y medios necesita este temazo para subir el ánimo hasta el clímax. Cuando llega el momento del solo de teclado, la sensación de euforia acumulada durante el resto de la canción explota transportándonos hasta la cima y más allá. Podéis comprobarlo tanto en su versión original instrumental como en directo donde cantan el estribillo.
La banda riojana ha sufrido varios cambios en su formación pero su sonido y su actitud siguen intactos. Las puertas del garaje están abiertas de par en par y su música se desparrama por todas partes. ¡Que no pare!
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Aprieta la tecla, que no da calambre.