¿Quién dice que no existe la máquina del tiempo? Yo acabo de viajar al futuro sumergiéndome en las páginas de este libro. He visto cosas increíbles y terribles a la vez, en un futuro no tan lejano como parece. Y poniendo el ejemplo fácil de Julio Verne, ¿quién nos dice que no se hagan realidad?
Los adelantos técnicos que aquí se muestran, basados en la separación de cuerpo y mente, proponen un sinfín de posibilidades, desde viajes interplanetarios sin años luz de por medio, implantes para aumentar nuestras habilidades, una vida casi infinita, exceptuando prejuicios religiosos de por medio; nuevas formas de castigo basadas en el tiempo y no en el espacio, y como no, novedosas variedades de perversión ligadas a la condición humana. Lo que queda claro es que el más rico, hoy y siempre, será aquel que pueda disponer de todo su tiempo a su manera.
Y en medio de todo, bregando contra pasado, presente y futuro, nuestro protagonista, el sufrido Takeshi Kovacs, maltratado y endurecido por la vida desde bien joven, nunca pudo quitarse ya ese estigma.
No soy mucho de leer ciencia-ficción, la verdad es que prefiero verla porque me pierdo mucho con los detalles tecnológicos, así que el siguiente paso está claro y no es otro que ver la serie que han hecho sobre el libro. Estoy deseando comprobar si han plasmado la curiosa alusión que se hace del Valle de los Caídos, que creo que viene de cuando el autor estuvo viviendo en Madrid. Así lo haremos y así os lo contaremos.