Rememorando tiempos pasados, cuando en el viejo PC jugué a Diablo I y II, pasando horas y horas en solitario enfrentándome a hordas y más hordas de demonios y demás criaturas del infierno hasta llegar al mismísimo Diablo y luchar a muerte contra él.
Mucho tiempo ha pasado desde aquellos épicos combates y muchas cosas han cambiado. La principal es que ya no estoy solo, sino que tengo dos aliados que me brindan su ayuda y apoyo en la cruzada contra el mal. Al viejo guerrero cruzado se han unido un nigromante y un cazador de demonios que hacen menos ardua nuestra misión contra el mal, aparte de más entretenida y divertida, compartiendo exploración, sustos y victorias.
Esto acaba de empezar, y tras unos días de juego, todavía nos encontramos en el Acto I, por lo que la aventura va a ser larga, peligrosa y complicada. Largo tiempo de entretenimiento en los tiempos duros que nos toca vivir.
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