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viernes, 7 de junio de 2019

Green Book

Demasiado blanco para ser negro, demasiado negro para ser blanco... Imposible no relacionar este pensamiento con la epopeya del emigrante: extranjero en el extranjero y extraño en la patria. Imposible también no darse cuenta de la mezquindad del ser humano, muchas más veces que menos más cerca de sus homínidos predecesores que del inteligente evolucionado. Y qué valor el de aquellos que teniéndolo todo luchan por cambiar este mundo que pese a ser redondo tiene muchas más afiladas aristas de las que se ven a primera vista.
Ignorancia, hipocresía, envidia... quizás tengan un poco menos de fuerza si se las combate con buena música, tendiendo puentes entre orillas opuestas. Lástima que sigamos casi igual que hace sesenta años en muchos aspectos aunque algunas cosas sí hayan cambiado. Habrá que seguir luchando, cada uno desde su entorno.
Y predilección absoluta hacia Viggo Mortensen. Cómo no tenerla hacia el que ha interpretado entre otros a Aragorn, hijo de Arathorn o el Capitán Alatriste (aunque la película fuera horrible). Enhorabuena por tan grandísima actuación en esta película.

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