De nuevo me veo embarcado en una empresa lectora de grandes dimensiones, pero lo hago con confianza y placer puesto que tras haber dado el primer paso veo que no ha sido en falso y el largo camino que queda por delante se presenta firme y con plenas garantías de llegar a buen fin.
Y es que hacen falta pocas páginas para darse cuenta de que no sólo la trama es buena, sino que la escritura es de gran calidad. Con maestría y habilidad, lo extraño y sobrenatural se nos presenta poco a poco como si fuera lo más normal del mundo y así lo aceptamos. La única duda que me surge es que en ocasiones no tengo claro la edad con la que cuenta Traspié, el protagonista principal, que comienza la historia con seis años y después hay momentos en que me parece mayor para algunas cosas y pequeño para otras. Y ya que estamos hablando de personajes, no puedo pasar por alto la figura del bufón, un misterioso secundario que cuando salta a la palestra nos inunda de misterio e intriga, con su peculiar forma de hablar a base de acertijos y su extraño comportamiento. Conocer a alguien así en la vida real sería una experiencia más que interesante.
Y como no, para terminar a lo grande, la autora nos brinda un final de infarto que nos deja con ganas de más y más, así que tranquilos que hay material suficiente para seguir disfrutando durante una buena temporada.
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