Páginas

jueves, 29 de diciembre de 2016

Star Wars Rogue One

Qué suerte poder seguir disfrutando de aventuras galácticas después de tantos años. Y más aún poder compartirlas con nuevas generaciones de jóvenes seguidores.
Cuento algunas cosas que, sin la menor intención de destripar la película, puede ser mejor que no leas hasta después de haberla visto.
Si en el Episodio VII hubo críticas a la falta de originalidad, en este nueva entrega que podríamos etiquetar como Episodio 3,5 no creo que nadie se queje de ello. Aprovechando el tema del robo de los planos de la Estrella de la Muerte, se ha montado toda una historia con nuevos personajes que encaja a la perfección con la historia ya conocida, sin necesidad alguna de calzador ni artilugios que la sustenten. Usando el ordenador para permitir a personajes antiguos interpretados por actores ya fallecidos o con una sustanciosa diferencia de edad, se intercalan las novedades con gran acierto, además de aclarar algún concepto que podría ser malinterpretado. Así, ahora sabemos el porqué de que una obra de ingenieria tan colosal como la Estrella de la Muerte fuera construída con un fallo técnico que permitía su destrucción. Y todo un placer haber conocido la morada de Darth Vader, muy al estilo Mordor. Por cierto, el momento más épico y con el que se me puso el pelo de punta fue la entrada de Vader en la nave rebelde intentando recuperar los planos robados. Impresionante el uso del sable láser y la fuerza en una combinación espectacular de poderío. Una lástima que no consiguiera recuperarlos, pero era necesario para el desarrollo de la historia.
En fin, muchísimas gracias a los creadores de todo este universo por todo lo que me han dado y por todo lo que me darán, que seguro seguirá siendo tan bueno o mejor que lo ya conocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aprieta la tecla, que no da calambre.