Continuamos acompañando a Geralt de
Rivia en su andadura brujeril, y lo hacemos encantados puesto que se
van añadiendo nuevos alicientes que la hacen más atractiva si cabe.
Se une a sus correrías el bardo Jaskier y la hechicera Yennefer, con
la que mantendrá una relación amor-odio de lo más intenso, y eso
que dicen que los brujos no tienen sentimientos. Todavía lo conozco
poco pero creo que algún rescoldo de sensibilidad queda en el fondo
de su corazón. También aparecen nuevas criaturas que van desde las
más conocidas como dragones o sirenas a los más raros como el
doppler o mímico.
En cada capítulo, que sigue
funcionando como relato independiente, vamos descubriendo la
verdadera historia de Geralt y retazo a retazo, detalle a detalle,
vamos profundizando en la idiosincrasia de tamaño personaje.
Tanto
el libro anterior como este toman el título de unos de sus relatos.
Pensaba que podía ser al azar, pero a medida que vamos metiéndonos
más en el universo del brujo pienso que hay una razón para la
elección de dicho título. En el libro anterior fue el primer
contacto con la hechicera Yennefer y en este segundo el hallazgo del
destino que tanto preocupaba a Geralt “el del pelo blanco”.
En esta segunda entrega se nota que la
historia se ha vuelto más seria y falta un poco el humor de la
primera, aunque siempre es gracioso ver como hablan los campesinos,
una mezcla de habla vulgar y Maestro Yoda de lo más interesante. Llama la atención como el autor es capaz de darle la vuelta a los cuentos clásicos y dotarlos de un nuevo significado totalmente opuesto a lo que la cultura popular nos había enseñado. Así que cuidado con las bellas, inocentes y desamparadas princesas en busca de príncipes azules, porque a lo mejor no son lo que parecen.
Una saga muy recomendable. Es difícil no sentir simpatía por Geralt
ResponderEliminarBuenas, Mr. Gibson,
ResponderEliminarLos dos primeros libros, de relatos independientes (aunque van construyendo el universo por el que se moverá Geralt), sirven para familiarizarse con el entorno y empezar a empatizar con el brujo y con Jaskier (una especie de Sancho Panza a la polaca).
Como dices, el libro se vuelve algo menos oscuro y menos fresco, aunque sin perder ese punto tan habitual en Sapkowski, pero es que te va preparando para lo que está por llegar a partir del tercer libro, que es cuando realmente comienza la saga.
Salud!
Aunque no haya publicado las reseñas, ya me he leído toda la saga y tienes razón en que a partir del tercero empieza la verdad. Sin embargo, estos dos primeros libros me han marcado más que los anteriores, que sólo lo han hecho en momentos concretos y puntuales. El asunto Ciri no me ha llegado tanto.
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