Desde mi más tierna infancia tuve
conocimiento de la existencia de una guerra civil en Norteamérica.
El primer contacto vino de los Playmobil, con sus muñecos
confederados y unionistas que me encantaban, y posteriormente a
través de la televisión con la serie Norte y Sur, donde Patrick
Swayze encarnaba a un sureño por el que sentí gran simpatía.
Ahora me apetecía profundizar un poco
más en el conflicto y cual no sería mi sorpresa al encontrarme con la
poca cantidad de libros sobre el tema en idioma español. En internet
tres cuartos de lo mismo, pero finalmente encontré algo. Mi primer
paso fue a través del blog guerradesecesion.wordpress.com que me sirvió
para ir haciéndome una idea del origen de la confrontación y de
todos los tópicos equivocados que tenía. Y de aquí hacia el libro
que nos ocupa.
A Jesús Hernández ya lo conocía de
la época anteblogiana, cuando leí su otro libro Curiosidades de la
Segunda Guerra Mundial, que me encantó y del que no descarto una
segunda lectura. Viendo lo amenos y didácticos que son sus escritos, no me quedó duda alguna para adquirir y devorar el libro.
Asimismo, un recomiendo su blog es-la-guerra.blogspot.com.es que
tampoco tiene desperdicio.
Jesús Hernández distribuye el tema
intercalando la cronológica sucesión de los eventos históricos de
la contienda con aspectos de la vida social de aquellos años, lo
cual ayuda mucho a entender y clarificar el porqué de esta guerra,
aparte de testimonios reales de combatientes y civiles de ambos
bandos implicados directamente en ella.
Comenzando por las características de
la esclavitud, cuya abolición se toma como principal motivo de la
guerra y no es así, conoceremos mejor la figura de Abraham Lincoln,
importantísima en el desarrollo de los hechos y un ejemplo de
superación por todos los avatares que tuvo que pasar en su vida y
que le llevó a su prematura muerte.
En cuanto a la guerra en sí, me han
llamado la atención varios aspectos, como la extendida incompetencia
de los generales al mando de las tropas de ambos bandos, cuyos
errores e indecisiones evitaron que la guerra acabara antes y
sacrificaron un montón de vidas inútilmente, sobre todo del lado de
la Unión, simplemente porque disponían de más efectivos humanos.
Se habla de alrededor de un millón de muertos entre miembros de un
mismo país, una carnicería que como digo pudo ser evitada en su
mayor parte. De entre todos los inútiles mandos militares o
fallecidos durante la contienda, al final destacaron Lee y Grant en
cada bando, dando valor al dicho que habla del país de los ciegos. A
Lee lo temían y respetaban por su astucia y rapidez de movimientos,
y Grant fue bastante respetuoso en el momento de la rendición, a
pesar de que le gustara bastante el whisky, cosa que no le impidió
llegar a Presidente de los Estados Unidos. Otra curiosidad es el
nombre de las batallas, que variaba de un bando a otro, y en el que
abundaban los topónimos indios, lo cual le da un aire exótico al
conflicto: Chatanooga, Shenandoah o Chickamanga son algunos ejemplos.
Antes de acabar debo reconocer mis
simpatías por el bando sureño. Como decía antes, Patrick Swayze
tuvo mucha culpa de ello, pero también la música puesto que el Southern Rock me gusta mucho y la bandera sudista predomina en
los ambientes rockabilly. No por ello quiero decir que esté a favor
de la esclavitud, y he aquí una buena herramienta para que nos demos
cuenta que había muchos más intereses en aquella guerra que los
pobres negros, que por desgracia no mejoraron mucho después del
conflicto y que aún hoy en día continúan sufriendo un montón de
diferencias sociales con los blancos del lugar.
No me extiendo más
pues son muchos los aspectos remarcables de este libro, muy
recomendable no sólo porque es de los únicos que existen en
español, sino por su indudable calidad y concisión, centrándose de
lleno y sin pajas en el tema que desarrolla con total éxito.
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