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viernes, 15 de marzo de 2013

Africanus, el hijo del Cónsul de Santiago Posteguillo

¿Dónde quedaron las lecciones del colegio sobre el auge y caída del Imperio Romano? Pues algún poso quedó que fue reafirmado con unas pocas lecturas y unas más películas. Una idea general que no está mal retomar y quitar el polvo de vez en cuando, como es el caso que nos ocupa.
Con este libro, primero de varios que le seguirán, podemos recordar con todo lujo de detalles y de forma muy amena y entretenida un periodo de la historia que nos tocó muy de cerca, ya que muchos de los hechos narrados tuvieron lugar en la Península Ibérica que habitamos. Y si nos ponemos románticos y soñadores quién sabe si no estuvo metido en el ajo alguno de nuestros antepasados, cuestión que nunca quedará resuelta.
Las Guerras Púnicas, y en concreto la segunda, vuelven a tener vigencia de la mano de sus ilustres protagonistas: la familia Barca con Asdrúbal, Amílcar, Aníbal y sus elefantes achuchando a Roma, y la saga de los Cornelio Escipión en el otro bando. No sólo sabremos de sus gestas victoriosas o de sus derrotas, sino que conoceremos más de sus vidas privadas. Todo ello aliñado por un toque que me ha gustado mucho y que sirve para despejarnos entre tanta batalla, política, traiciones y venganzas, y que no es otro sino el auge del teatro en Roma, una costumbre griega que no tuvo unos comienzos fáciles dentro del Imperio.
Publio Cornelio Escipión, el Africano
Aníbal Barca
















En aquella época Roma todavía era joven y no imaginaba donde podría llegar en su expansión. Sin embargo, y a pesar de su juventud, era muy orgullosa, lo que le haría pagar caro su arrogancia, sobre todo con sangre de sus legiones. De nuevo tenemos delante de nuestros ojos un espejo donde mirarnos y reflexionar si no vamos por el mismo camino.
Resumiendo, esta obra me ha parecido un gran instrumento para aprender muchísimo sobre la historia de Roma y de la nuestra misma, con gran cantidad de detalles que han venido a completar los recuerdos que me quedaban y que en gran parte estaban sujetos por alfileres. Y lo que es mejor, de una forma ágil y entretenida, sin caer en ningún momento en el aburrimiento o en el agobio, por lo que felicito a su autor y recomiendo su lectura y las de las obras que las continúan, labor que llevaré a cabo en próximas fechas.

1 comentario:

  1. ¡Qué grandísima trilogía!
    Disfruté con ella como un enano desde el principio hasta el final. Totalmente recomendable y añadiría que imprescindible.
    Saludos.

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